El dramático momento de Magui Bravi durante el embarazo: “No podía compartirlo mientras lo vivía”
Tras más de 10 años de relación con su esposo Octavio Cattaneo, Magui Bravi dio a luz a su primer hijo: Galileo hace 17 días. Si bien en un principio la actriz y bailarina tenía fecha de parto para febrero, se convirtió en mamá en los últimos días de enero, más precisamente el 22, marcando este día de felicidad para siempre en su vida. Sin embargo, pasados 17 días de ocurrido, recién ahora pudo expresar a sus seguidores lo que vivió en ese último tiempo de gestación.
En las últimas horas se abrió a sus seguidores y a través de un video compartido en sus redes sociales detalló los desafíos que enfrentaron durante el embarazo, que incluyeron problemas de salud que requirieron cambios en la atención médica y la decisión de una cesárea inmediata debido a complicaciones. La noticia, que aborda temas como la presión alta durante el embarazo, el bajo crecimiento intrauterino y la colestasis, resalta también la realidad de la depresión postparto, por lo que sus palabras ofrecieron un vistazo sincero a las adversidades que pueden acompañar la maternidad.
“Galito cumplió 17 días y esta es la situación: recién llegamos de la pediatra y yo estoy muy feliz porque recuperó e incluso pasó su peso de nacimiento, lo cual era muy importante, y les quiero contar un montón de cosas que me pasaron en el embarazo, sobre todo, que hasta ahora me las guardé. Porque fui compartiendo mis primeros seis meses que fueron hermosos, y los últimos tres pasaron cosas y me gustaría contártelas, porque a mí me ayudó mucho ver testimonios de otras chicas en las redes, y a veces no es para llenarte de miedos, sino para saber que también pasa y que hoy estamos bien y salió perfecto”, aseguró a modo de introducción al momento de detallar a sus seguidores lo vivido.
A partir de la ecografía de la semana 12 fue que surgieron preocupaciones sobre la salud del bebé, incluido el riesgo de presión alta en el último trimestre y señales de posible bajo crecimiento intrauterino, ante lo cual le recetaron aspirinas: “Y esta segunda parte no me la dijo mi primer obstetra, yo solo pensé que tenía riesgo de presión alta, eso se relaciona con la preeclampsia, y empecé a tomar aspirina todos los días”.
A medida que avanzaba el embarazo, específicamente alrededor de la semana 29, el crecimiento del bebé se vio significativamente afectado, llevando a Bravi y su pareja a la decisión de cambiar de obstetra y conformar un equipo multidisciplinario que incluía un ecografista y un especialista en alto riesgo: “Así nosotros fuimos monitoreando al gordo semana a semana, porque esto era lo que nos indicaba la obstetra. Y para mí fue esencial, y te recomiendo si te pasa algo así, que todo el equipo esté conectado. Ambos profesionales hablaban con la obstetra y le iban contando lo que veían”.
En medio de ese monitoreo constante, las complicaciones que se logró detectar en esos momentos, fueron la detallada en los siguientes términos: “Apareció que yo tenía una arteria intrauterina que andaba mal. Apareció también que el cordón en lugar de estar insertado en medio de la placenta estaba de costado y todo esto puede hacer que al nene le lleguen menos nutrientes”.
“Obviamente todo esto fue muy estresante”, continuó, “porque yo contaba los días para la próxima ecografía hasta que me decían el peso, si había aumentado o no. El gordo seguía aumentando de peso, se las arregló como pudo dentro de lo que estaba pasando ahí adentro”, contó Bravi.
El desenlace del embarazo llegó de manera abrupta en la semana 37: “Ya los médicos nos habían avisado que podía pasar en esa semana, y en esa semana un día me desperté a las 5 de la mañana, me picaban las manos y los pies muchísimo, nunca me pasó algo así, le escribí a mi obstetra porque había visto un video en las redes y ella me dijo ‘necesitamos descartar la colestasis. andate ya a Los Arcos’”.
“Me hicieron el estudio y dio positivo. A las 4 de la tarde cuando llegó el resultado nos dijeron que teníamos que ir a cesárea en ese momento y a las 17:28 nació el gordo”, marcando el final de un período lleno de incertidumbres para la familia. Sobre ese momento explicaría: “Fue supertraumático porque ni siquiera me pude preparar para esa cesárea por más que sabía que podía pasar. Saber que no lo podes ayudar de otra manera más que monitoreándolo y cuidándote”.
Tras el parto, Bravi compartió su experiencia con la depresión postparto, enfatizando en la adaptación a su nueva realidad y la labor que implica la maternidad: “Recién después de 17 días postparto estoy adaptándome. La depresión postparto es real, o por lo menos a mí me tocó, recién ahora estoy un poco más ordenada. Nadie te prepara para eso. Mi admiración al ciento por ciento a todas esas madres, recién me doy cuenta del laburo que es”.
Estas revelaciones de Magui no solo ofrecen un testimonio personal importante para generar conciencia sobre las dificultades que pueden surgir durante el embarazo y el posparto, sino que también resaltan la importancia del apoyo médico especializado y la comunicación abierta sobre la salud mental materna. Estos temas se vuelven fundamentales para comprender los desafíos y las realidades de la maternidad, promoviendo así un diálogo necesario sobre el cuidado prenatal y postnatal.
Así, tras la difusión del video, en charla exclusiva con Teleshow explicaría: “Estamos bien, en casa. Me llama la atención la cantidad de mamás que me escribieron contándome su historia personal y dándome apoyo. Increíble. Uno no sabe cuántas mujeres pasan por algo así y me alegra haberlo compartido, cosa que no pude hacer mientras lo vivía”.