El libro que anticipó el proyecto de Milei de “meter preso al político que emita dinero y genere inflación”
Ricardo Manuel Rojas vive ahora en Guatemala, tiene 65 años, y pasó más de 40 en los tribunales argentinos. Empezó de abajo y trabajó en juzgados de primera instancia, en Cámara y llegó a secretario en la Corte Suprema. Combina saberes profundos en derecho penal y economía, dos ámbitos que se conectan de maneras evidentes pero también sutiles y subterráneas. Dejó el juzgado en lo Criminal N° 18 de la ciudad de Buenos Aires en 2020 y se dedicó a dar clases. Hace 10 años que conoce a Javier Milei y en febrero del 2023 fue noticia porque el entonces candidato y hoy presidente llevó su libro “La inflación como delito” a los medios.
Esa idea que planteaba entonces Milei era ajena a la Argentina de los cepos, los controles y la inflación. Pero un año después decantó de algún modo en un proyecto de ley irá al Congreso para su debate. El ex juez y hoy profesor de la Universidad Francisco Marroquín de la capital guatemalteca habló con Infobae sobre la inesperada derivación de la obra que publicó hace dos años. Destacó la “valentía” del jefe de Estado y advirtió que el peronismo y el radicalismo deberían aprobarlo porque “el primer afectado de esta medida será el propio presidente, que se autolimita”.
“El proyecto prohíbe la emisión monetaria y cuando hay alguien que emite dinero, va preso”, contó anoche Javier Milei con Jonatan Viale. Y reveló que la iniciativa se la anticipó en la reunión que tuvo en Casa Rosada a Gita Gopinath, la subdirectora gerente del Fondo Monetario, que representa a los Estados Unidos en el organismo. “Se le pusieron los ojos como el 2 de oro. No lo podía creer. Le sorprendió mi nivel de ortodoxia. Creo que quedó sorprendida gratamente”, reveló el presidente en TN.
Con una juvenil simpatía por la UCeDé, de los tiempos de Álvaro Alsogaray, Ricardo Manuel Rojas contó que tiene trato esporádico con Milei. Ahora menos que antes. Uno está en Guatemala y el otro abocado a las tareas de presidir un país con desequilibrios extravagantes y en pleno programa de ajuste fiscal. El ex juez penal admite que cuando se veían él lo llamaba “profesor”. Es el mismo término que el líder libertario usa con economistas como José Luis Espert o Juan Carlos De Pablo.
“El libro fue publicado por primera vez a fines del año 2022 y el año pasado se hizo una edición en portugués”, contó Rojas en el inicio de la entrevista y abordó el origen de esta idea de emparentar la emisión con un delito que merece cárcel. “Escribí ‘La inflación como delito’ porque hubo muchas discusiones y mala información respecto de las causas de la inflación durante mucho tiempo. Los políticos que emiten moneda para cubrir el déficit siempre engañan”.
“La inflación, por definición, es el aumento de la cantidad de moneda. En un sistema donde la moneda la monopoliza el Estado y es de curso forzoso, emitir más dinero del que corresponde -teniendo en cuenta la cantidad de bienes y servicios que circulan en la sociedad- genera necesariamente inflación. Y la inflación es una forma de falsificación de moneda o de robo. Pero una forma muy perversa de robo, porque a la gente se le roba el dinero sin que se dé cuenta. La gente tienen la misma cantidad de dinero en el bolsillo, pero automáticamente vale menos como consecuencia de que aumentaron la cantidad de circulante”, dijo el ex juez. Sus palabras evocan a Milei.
Según el ex magistrado, empezó a escribir sobre la inflación desde el punto de vista del derecho penal y por qué la emisión monetaria sin respaldo debería ser considerado un delito. “Ese libro lo publiqué en el 2022. El Presidente en ese momento no era presidente. Lo vio, me llamó y lo charlamos bastante. Y luego él lo llevó a varios programas de televisión y se lo entregó a varios periodistas y eso le dio bastante difusión al tema”. El recuerdo se corrobora cuando se busca en redes sociales y en Youtube el nombre del libro y Javier Milei.
-¿Por qué decidió escribir “La Inflación como Delito”?
-Cuando lo escribí, la inflación ya se había vuelto un problema grave y en aquel momento el gobierno no solo no hacía nada para eliminarlo, sino que al contrario, la emisión crecía y los paliativos que ponían eran controles de precios y regulaciones que desde el emperador Diocleciano nunca funcionaron en la historia del mundo. Era una situación muy grave y, además, por mi formación como penalista, me parecía muy claro que una actividad como emitir pedazos de papel que no tienen valor e imponérselos a la gente, tenía que ser un delito.
-Es una definición que puede ser chocante plantear la emisión como delito.
-En el libro hago un desarrollo sobre los bienes jurídicos penales que están involucrados, que es una discusión teórica más profunda. La idea es que un acto como este, que implica una forma de falsificación de moneda, debe estar tipificada en el Código Penal.
-¿Pero qué tipo penal sería? ¿Cómo se le puede adjudicar un acto delictivo una decisión de gobierno?
-El tipo penal es complejo. Para definirlo hay que ponerle límites legales y concretos al Banco Central para emitir. En la teoría monetaria hay varias alternativas: puede ser un porcentaje del circulante por año -como decía Milton Friedman- para que no más del 3%, o equipararlo con el incremento del Producto Bruto, y que no se pueda emitir más que eso. Una vez que existe ese límite, cualquier funcionario del Banco Central que emite por encima de ese límite estaría cometiendo el delito.
-¿Pero cuál sería el delito?
-El delito sería la emisión de moneda para poner en circulación. En lo que consiste el delito es emitir el dinero y ponerlo a circulación a través del gobierno, por eso es un delito que involucra a los funcionarios.
-¿Entonces no sería falsificar, sería el delito de “emitir”?
-El dinero no es falso porque lo emite el Estado, pero se equipara a una forma de falsificación en el sentido de que están disminuyendo el valor del dinero a través de esta maniobra de incrementar la cantidad de dinero circulante. Para una medida de este tipo tienen que haber reglas claras, porque el derecho penal requiere que haya un dolo, una intención. Tiene que ser claro cuál es el tipo penal. En este tema también se vinculan las limitaciones al Estado.
Y pongo este ejemplo: Estoy viviendo en Guatemala y la Constitución de este país le prohíbe al Banco Central financiar los gastos del gobierno. Al Banco Central no le puede pedir plata, ni siquiera prestada, para financiar su déficit. Esto es lo que ha hecho es que el país tenga las cuentas ordenadas y que no tenga inflación desde hace 30 años. El problema es cuando no existe esa diferenciación tan grande entre el gobierno y un Banco Central independiente, como podría ser la Reserva Federal de Estados Unidos, que no pueda ser cooptado por el político de turno para que financie sus gastos. Cuando eso no pasa, tenés un cóctel explosivo. Eso pasó en los últimos gobiernos.
-¿Qué piensa que el Presidente primero haya planteado esta idea?
-Me dio mucha alegría, pero estoy esperando para ver cómo es el proyecto finalmente. El libro mío tiene un proyecto de ley en ese libro. Podrá tomar eso o lo podrá adaptar, no sé finalmente qué es lo que hará. Desde el punto de vista personal me alegra mucho.
Desde el punto de vista funcional del Presidente me parece de una gran valentía. Porque primero se está limitando a sí mismo, porque obviamente los bancos centrales emiten cuando los presidentes le piden plata. Él sería, si emitiera dinero para cubrir el déficit, el primero que estaría poniéndose en el rol de copartícipe del delito. Es una limitación para sí mismo, lo cual demuestra una gran valentía y una confianza en que va a poder nivelar las cuentas, sin necesidad de emitir en el futuro. Al menos en un futuro cercano.
Esto ya se lo comunicó al Fondo Monetario y es como una señal de que él está dispuesto a nivelar el déficit, que es el principal problema económico que tiene el país. Si Milei logra evitar la necesidad de emitir moneda para cubrir el déficit, habrá logrado un avance enorme para mejorar la economía.
-¿Cree que el Gobierno va a poder frenar la inflación? ¿Se puede frenar la emisión después de tantos años de ir en sentido contrario?
-Hay que ver los números finos. Obviamente el déficit era enorme, pero la orgía de gasto en el gobierno anterior ha sido enorme. Se ven números sobre los gastos en el INADI, por ejemplo, la cantidad de focos de negociados y de gastos que ha habido en el país en los últimos tiempos. Cajas para que mucha gente se enriquezca ilegítimamente.
Si se corta todo eso se puede bajar el déficit y además empezar a crecer, porque la otra pata de este asunto es que la economía crezca y la recaudación aumente. Pero es muy difícil si primero no se le pone un parate a esta inflación y a este gasto descontrolado que tuvimos.
-Es un proyecto que irá al Congreso y ya se vio lo que pasó con la “Ley Ómnibus”. ¿Qué les diría peronistas y radicales que no ven mal la emisión?
-Les diría primero que no puede haber un país con una economía sana si no tiene una moneda sana. La inflación es un cáncer que impide cualquier crecimiento o cualquier solución del país. Como punto número dos, les diría que la inflación es una forma de trampa y de robo a la gente. Nadie que tenga buenas intenciones podría estar del lado de justificar la trampa. Y en tercer lugar, que quien está pidiendo esto es el propio presidente, que en última instancia es el que podría aprovechar la trampa y está diciendo “yo me voy a poner un límite a mí mismo”. Eso es muy valiente. Si fuera legislador no tendría ningún motivo por el cual oponerme a una ley de este tipo.
-Los peronistas y algunos radicales no piensan así.
Y así nos ha ido. El punto es que muchas veces los políticos, cuando recurrieron a estas artimañas ellos mismos sabían cuál iba a ser el resultado. Alfonsín cuando llegó a la hiperinflación él sabía cuál iba a ser el resultado, pero no estaba dispuesto a tomar la medida política que había que tomar, que iba a ser dolorosa, como fue después. Al contrario, optó por irse cinco meses antes del gobierno.
En este caso, quien está aplicando esta medida dolorosa es un presidente que no es ni radical, ni peronista, con lo cual creo que serían muy de hipócritas si no apoyaran una ley de este tipo en este momento, porque además ellos no van a tener que pagar ningún costo, al contrario, es todo de Milei.