Música/Espectáculo

Una noche mágica para Martín de GH: ganó una casa y se reencontró con su novia

“¡Amor, tenemos una casa!”. El grito de Martín Ku, conocido como El Chino retumbó no solo en la casa de Gran Hermano, mientras festejaba son sus compañeros, sino también en cada uno de los espectadores que seguía cada una de las instancias del juego de las llaves, donde cada uno de los participantes debía elegir de entre 200 llaves cuál abría la puerta. Pero la historia inició antes.

En una semana marcada por eventos inéditos en la competencia, una serie de desafíos cruciales cruzaron al reality de convivencia, entre los que se destacan el repechaje, las visitas sorpresa con el Congelados y una expulsión sorpresiva que duró 24 horas. En este contexto, el ciclo elevó la apuesta al ofrecer como premio una casa al vencedor de la prueba semanal, generando una intensidad sin precedentes entre los concursantes.

Dentro de la dinámica de la competencia, los participantes se lanzaron al desafío con la esperanza de obtener el grandioso premio. Sin embargo, dos figuras, Emmanuel Vich y Rosina Beltrán, se vieron envueltos en situaciones particulares que impidieron su participación. Beltrán fue sancionada severamente por romper una de las reglas del concurso al comunicarse con su madre acerca de su mascota “Mágica” durante el momento del Congelados. Por otro lado, Vich optó voluntariamente por retirarse del desafío aludiendo que ya posee una vivienda y considerar injusto competir por otra, con lo que demostró un gesto de solidaridad notable frente a sus compañeros.

Apenas comenzó la primera etapa de la prueba, todos los que competían pasaron a la instancia final, donde debieron elegir entre 200 llaves para ver cuál era la que abría la casa. Después de la emisión del miércoles a la noche, donde no se llegó a culminar el gran desafío, los jugadores impactaron al revelar qué harían en el caso de ser los grandes vencedores de la prueba que, además, le dará al ganador la posibilidad de ser líder y poder tener regalos o una cena, como ocurrió en las últimas semanas.

Así, la noche del jueves volvieron los participantes al momento de tensión de elegir una llave y probar si abría la puerta, lo que significaba el premio máximo. Uno por uno fueron eligiendo la que creían sería la ganadora, hasta que llegó la segunda oportunidad de Martín, quien destacaría una particularidad sobre el número de llave elegido.

En su primera pasada, había elegido el 47, dando cuenta de que al contar las letras de “Gran Hermano”, se llega a ese número. Sin embargo, esa primera predicción había fallado. Pero no todo quedaría ahí, ya que luego elegiría el número 83, que finalmente abrió la puerta y lo hizo acreedor de la anhelada propiedad, una decisión que, según él, fue fruto de una revelación nocturna.

El Chino compartió cómo, entre sábanas y antes de dormir, había contemplado varios números, incluidos el 47, el 83 y el 31, pero finalmente se decidió por el 83, que resultó ser el ganador. Este momento de triunfo fue celebrado efusivamente por sus compañeros quienes lo alzaron en hombros en señal de júbilo. Además, Martín no perdió la oportunidad de expresar su felicidad y sus planes para el futuro a través de un emotivo mensaje dirigido a su novia, anticipando su victoria como un logro compartido.

“¡No lo puedo creer!”, repetía el participante, quien luego de saludo de sus compañero le dirigió unas palabras a Santiago del Moro: “Pará, ¿te digo cómo me salió ese número? Lo pensé ayer a la noche cuando estaba pensando en el 47, y después, antes de dormirme, dije que iba a pensar en dos números más porque sino me iba a seguir enroscando, y ahí dijo 83 y 91″, reveló.

Tras ello, Martín le habló emocionado a la cámara: “¿Le puedo mandar un mensaje a mi novia? ¡Amor, tenemos una casa, nos ganamos una casa, esto es de los dos!”, en medio del aplauso generalizado del resto de sus compañeros de convivencia.

Pero allí no quedaría todo, ya que en un impactante giro del destino, estaba previsto para esa misma noche el ingreso de la novia de Martín, Marisol, dentro de los Congelados. Mientras todos continuaban en la cocina reviviendo los pormenores de lo sucedido hacía minutos, y mientras el ganador continuaba destacando que nunca lloraba, se produjo lo imprevisto: la entrada de la joven al escenario de Gran Hermano. Fue un momento conmovedor, marcado por sus primeras palabras a su pareja, instándolo a permanecer quieto en el emotivo reencuentro.

Martín Ku, Gran Hermano
Martín Ku vivió la mejor noche de su vida

La recién ingresada no solo se centró en celebrar el triunfo de su novio, sino también en expresar su orgullo y felicidad al verlo alcanzar sus sueños dentro del programa. Su visita fue aprovechada al máximo, recorriendo las instalaciones de la casa, incluso inspeccionó la heladera y las alacenas, lo que mostró un interés genuino por el día a día de Martín en el concurso.

“Vamos a tener un patio para adoptar un perrito”, aventuraba la joven, mientras miraba a su alrededor y gritaba: “No puedo creer que estoy acá, son todos muy lindos”. Fundida en un abrazo, reconoció: “Después de mi papá, sos el mejor tipo que conocí en mi vida. Un orgullo, para todos”, mientras sus lágrimas corrían por su rostro.

MIentras volvía de recorrer la casa, las palabras de Marisol resonaron en el ambiente e hicieron cada vez más difícil el cumplir la consigna de no moverse: “Una casa, Martín, es la excusa perfecta para tener dos hijos. Quiero dos, un nene, una nena, el perro. No lo puedo creer. te extrañé un montón, y sé que vos tambíen extrañás, pero tenés que ser fuerte. Tranquilo, , disfrutá, divertite, estás hermoso. Y cuando salga…”, momento en que señaló su dedo anular en señal de casamiento, o al menos un compromiso.

La relación entre ambos se fortaleció a lo largo de su participación en Gran Hermano, según se desprende de las declaraciones de Marisol durante su visita. Al asegurarle a su pareja que es un motivo de orgullo no solo para ella sino para todos quienes los siguen, reforzó el impacto emocional de su sorpresa.

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