La regla de los tercios, a fondo: qué es, cuándo usarla y cuándo no hacerlo
Cuando empezamos a hacer fotografías con nuestra flamante cámara, buscamos continuamente información para mejorar. Una de las claves es la composición, el arte de colocar los elementos de la imagen para una buena comprensión de la misma.
A lo largo de los años se ha escrito mucho sobre el tema. Encontramos todo tipo de textos para ayudar a colocar el mundo que vemos a través de la cámara, pero fue a finales de los años setenta cuando se empezó a hablar de la famosa regla de los tercios. Antes era imposible encontrar referencia alguna en los manuales fotográficos.
La regla de los tercios se ha hecho tan famosa en el mundo fotográfico que hasta los móviles cargan con ella y arrastran a sus usuarios a utilizarla día tras día. Y no es mala idea, pero es como seguir leyendo el libro de Petete (sí, soy mayor) para saber más. Y lo más peligroso, todos haremos las mismas fotografías si la seguimos a rajatabla.
Qué es la regla de los tercios
¿En qué consiste? Al dividir la imagen en tres partes iguales, tanto en horizontal como en vertical, encontramos cuatro puntos, considerados puntos de interés para colocar los elementos de nuestra imagen. ¿El motivo? Ahí es donde concentramos la mirada.
No hace falta ser precisos, pero el árbol coincide con uno de los puntos
Según esta regla, al colocar el elemento principal de la imagen en cualquiera de los cuatro puntos, tendremos una composición perfecta. Incluso sirve para colocar la línea del horizonte en un lugar óptimo. Podemos situarlo en la línea horizontal superior si queremos dar más importancia al suelo y en la inferior si queremos que el cielo destaque. No hay nada más sencillo en este mundo.
Todo en orden, pero aburrido
Si queremos leer la fotografía en la cultura occidental, el objeto principal deberá situarse en los puntos de la derecha. Si queremos señalar una influencia oriental, lo mejor será situarlo en los de la izquierda.
Cuándo y cómo usarla
Para los que empiezan en el mundo de la fotografía, seguir esta regla no garantiza nada, tan solo es un camino por el que pueden empezar a entrenar. Es, como dice un buen amigo, la línea de los cuadernos para mejorar nuestra caligrafía o los ruedines de una bicicleta… La diversión empieza cuando ya no las necesitas.
La regla de los tercios no sirve para mejorar una fotografía, como podemos leer en los manuales. Sirve para colocar básicamente los elementos. Pero si no vigilas la luz, el color, la nitidez o el contraste de los elementos que forman parte de la imagen, no garantiza un buen resultado.
Su sencillez es lo que atrae tanto
Lo primero es que no necesitas imaginar ninguna línea, porque cualquier cámara, incluso la app del móvil, las coloca por defecto, para hacernos la vida mucho más fácil. Y tú, como fotógrafo novel, al llevarte la cámara al ojo o mirar directamente por la pantalla, solo tienes que colocar el elemento principal de la imagen, lo que quieres destacar más, en uno de los cuatro puntos.
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Si tienes más de un objeto principal, lo que te puede pasar en un retrato doble, lo mejor será utilizar los puntos que se unen en diagonal. Si hay más cosas, puedes empezar a tener un problema, así que olvídate de hacer un grupo con esta regla.
En imágenes sencillas la regla de los tercios es una buena forma de empezar
Según los popes de los tercios, y no estoy hablando de los populares botellines, explican que es perfecta para huir del centro y provocar que los lados de la composición queden vacíos. No tiene más secretos, más que nada porque invita a la sencillez. Es perfecta para encuadres sencillos, en los que solo hay un elemento, como un árbol en una pradera o una persona en el estudio.
Además, si no te has acordado de utilizarla, o estás leyendo sobre ella por primera vez, cualquier herramienta de recorte utiliza estas guías para ayudarte a componer. En Adobe Lightroom, al elegir la herramienta Recortar, verás dichas líneas surcar tu fotografía a la hora de utilizarla.
La herramienta Recortar dentro de Adobe Lightroom
Y solo tienes que recortar la imagen para entrar dentro de los cánones. Y de verdad, si te fijas en las obras de los maestros, verás que pocas veces, por no decir ninguna, la aplican.
Cuándo no usarla
No tiene sentido decir esto en un artículo dedicado a la regla de los tercios. Pero solo la usaría en las primeras salidas. Y enseguida nos olvidamos de ella, pues es como usar los palillos chinos con el artilugio para los niños. Es más importante todo lo que hemos señalado antes: luz, nitidez, contraste y color. Lo que pasa que es más difícil conseguirlo. Pero si trabajamos lo conseguimos.
Es una fotografía perfecta de Stephen Shore, sin rastro de la regla de los tercios
A la hora de componer hay que olvidarse de las líneas imaginarias y acudir a los que saben de verdad sobre fotografía. Siempre hay que mirar sus trabajos, leer sus textos para darse cuenta de que muchos consejos de composición son como los anuncios que prometen que con sus cremas o artilugios dejarás de ser calvo.
Ahí tenemos, por poner dos buenos ejemplos, las lecciones de Stephen Shore o Joel Meyerowitz en sus libros de referencia. Personalmente, me quedo con estas palabras de Shore en 'Lección de fotografía':
… en el nivel descriptivo cuatro aspectos básicos determinan la manera en que el mundo situado delante de la cámara se transforma en la fotografía: la bidimensionalidad, el encuadre, el tiempo y el enfoque.
Estos cuatro atributos definen el contenido descriptivo de la fotografía y su estructura. Configuran la base de la gramática visual de una imagen. Son responsables de los errores del fotógrafo de instantáneas: un desenfoque, una decapitación, una confusión, un momento de torpeza. Son el medio del que fotógrafo dispone para expresar su concepción del mundo y otorgar estructura a su percepción y articulación a sus significados.
No es tan fácil como colocar los elementos en cuatro puntos concretos. La clave es observar, ver cuál es el objeto principal y detectar cómo colocarlo respecto al entorno que le rodea. Esto daría para muchos artículos.
El origen de la regla de los tercios
Esto es lo que más tiempo me ha llevado investigar. Porque encontramos muchas teorías al respecto. Y no veo que ninguna sea clara.
No hay texto antiguo alguno que se refiera a esta conocida regla, al menos que se conozca (igual la biblioteca de Herculano nos da una sorpresa). En uno de los tratados más importantes sobre la pintura y la técnica en español, ‘Museo pictórico y escala óptica’ de Antonio Palomino (1795) no aparece referencia alguna a dicha regla.
En el libro 'Remarks on rural scenery' (1797), de John Thomas Smith, encontramos la primera referencia a esta regla. Pero no de la forma en la que la conocemos hoy en día, sino en el sentido de dividir la imagen en tres partes para jugar con distintas proporciones. Por ejemplo, con la luz que observa en un cuadro de Rembrandt:
… he observado que la luz principal es el centro de la escena, y que más de dos tercios del cuadro están en la sombra.
Así que se refiere más a la relación del color y de la luz que a losa puntos de interes. En 1845 vuelve a aparecer una referencia a la regla de los tercios, de la mano de George Fields, en su libro dedicado al color 'Chromatics'. Sigue refiriéndose al tema del color, por lo que creo que no tiene nada que ver con lo que estamos viendo.
El origen de la regla de los tercios a partir del punto áureo
Otro origen posible es Jay Hambidge y su 'The Parthenon and other greek temples. Their dynamic symmetry'. Aquí habla de la simetría dinámica y demás técnicas que suponía que usaron para conseguir la proporción del famoso edificio griego. Y una de las que salen a colación es la famosa proporción áurea que derivó en la regla de los tercios.
Al final, después de dar muchas vueltas, y de no encontrar un origen claro, apuesto que todo viene de alguien que inventó la regla a partir de una suma de malentendidos y reglas varias. Desde el punto áureo, pasando por la división de colores, luces y sombras y llegando incluso a una regla de composición pictórica llamada Rabatment, que permite trazar un cuadrado perfecto dentro de cualquier rectángulo.
Y curiosamente, dentro de la proporción 3:2 del negativo de 35 mm, Rabatment corresponde a la perfección con las líneas trazadas por la regla de los tercios. Pero para que funcione, tendríamos que tener en cuenta muchas más cosas, de verdad.
Así que eres muy libre de seguirla, sobre todo al principio. Pero olvídate de considerarla importante o fundamental. Guíate por cosas mucho más significativas, como la luz, el color, el contraste y la nitidez. Con estos cuatro elementos, como has visto, todo será más complicado, pero encontrarás tu estilo propio.
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La noticia La regla de los tercios, a fondo: qué es, cuándo usarla y cuándo no hacerlo fue publicada originalmente en Xataka por Fernando Sánchez .