Al límite y obsoletos: la NASA acaba muy mal parada en una auditoría independiente sobre sus supercomputadores
Durante mucho tiempo, la NASA se ha mantenido a la vanguardia en el campo de la supercomputación, pero su infraestructura empieza a notar el peso de los años. Los sistemas informáticos de alto rendimiento que alguna vez integraron el top 10 de los más potentes del planeta han perdido posiciones de manera descomunal. Y, por si esto fuera poco, están salpicados por un esquema de gestión que está lejos de ser ideal y de posibles problemas de ciberseguridad.
Estamos hablando de los hallazgos de un informe de una auditoría independiente realizada por la Oficina del Inspector General (OIG, por sus siglas en inglés). La mencionada área, que opera desde 1976, busca detectar escenarios de fraude y despilfarro, así como mejorar la eficiencia de los diferentes programas y agencias del Gobierno estadounidense. Tras su paso por la NASA ha dejado una serie de declaraciones que no pasan desapercibidas.
Supercomputadores de la NASA, varados en el tiempo
La OIG ha encontrado que los recursos informáticos de alto rendimiento de la NASA no están a la altura de los desarrollos tecnológicos actuales. Uno de los ejemplos que plantea es que la potencia de los supercomputadores de la agencia proviene principalmente de unidades centrales de procesamiento (CPU) en lugar de unidades de procesamiento gráfico (GPU). La utilización de GPU en los centros de datos es tendencia en el mundo.
Como podemos ver en la imagen de abajo, la NASA tiene cinco supercomputadores destacados. Se trata de Discover, Pleiades, Endeavour, Electra y Aitken, que se encuentran distribuidos entre el NASA Advanced Supercomputing (NAS) en Ames, California, y el NASA Center for Climate Simulation (NCCS) en Goddard, Maryland. Estas máquinas están lejos de tener un puesto de privilegio en el TOP500, el ranking de los supercomputadores más potentes.
En noviembre de 2023, Ames, Aiken, Pleiades, y Electra estaban en los puestos 85, 132 y 143 del TOP500 liderado por Frontier. Los superordenadores Endeavour y Discover de Goddard, por su parte, no estaban clasificados en el ranking. OIG dice que la NASA necesita un "compromiso renovado y una atención de liderazgo sostenida para revitalizar sus esfuerzos en supercomputación" y que, sin cambios clave, es probable que acabe provocando retrasos en investigaciones y misiones.
Y esto puede ser muy cierto. Si bien la NASA ha sido capaz de llevar astronautas al espacio en el pasado con una cantidad mínima de potencia de cómputo, recordemos las misiones Apolo, en la actualidad la agencia depende en gran medida de una infraestructura de cómputo sólida, fiable y potente. Por ejemplo, la utiliza para crear simulaciones de aterrizaje para viajes futuros a la Luna y Marte, así como para resolver problemas complejos y analizar datos relacionados al clima.
Según diversos científicos entrevistados por los encargados de la auditoría, los recursos informáticos avanzados están funcionando al máximo de su capacidad. Esto se traduce en retrasos para ciertas divisiones de la agencia que necesitan capacidad de cálculo para avanzar con sus proyectos. En casos extremos, explican, algunas áreas han “esquivado” la lista de espera haciendo inversiones independientes para acceder a los recursos informáticos necesarios.
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También se han identificado problemas a nivel de organización. El sistema de administración actual suele dificultar el acceso a la capacidad de los supercomputadores. Pese a ello, una gran cantidad de científicos pueden acceder a los recursos computacionales de la NASA a través de la nube, incluso extranjeros, lo que representa riegos de ciberseguridad. Sin embargo, advierten que "los controles de seguridad a menudo se eluden o no se implementan”.
Imágenes | NASA
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La noticia Al límite y obsoletos: la NASA acaba muy mal parada en una auditoría independiente sobre sus supercomputadores fue publicada originalmente en Xataka por Javier Marquez .