Carlos Perciavalle, a flor de piel: la vuelta al teatro en Buenos Aires y cómo será su reencuentro con Antonio Gasalla
Carlos Perciavalle, leyenda de nuestro espectáculo, volvió a los escenarios de Buenos Aires con La Nave de Perciavalle, un show donde revalida su título de “rey del café concert” y, en diálogo con Teleshow, contó sus sensaciones por el estreno a sala llena que tuvo, el amor del público argentino y un reencuentro muy especial que vivirá con Antonio Gasalla en pocos días, cuando lo visite en el centro de rehabilitación en el que el comediante se encuentra por el delicado estado de salud en el que está.
“Fue impresionante el debut. Estaba lleno de un público delirante, entusiasta, generoso, que festejó y aplaudió todo. Yo no podía empezar porque seguía y seguían aplaudiendo. Una cosa típica del público de Buenos Aires, que es conocido entre todos los artistas como uno de los públicos más difíciles del mundo, pero también de los más generosos y demostrativos del mundo. Eso me lo decía Barýshnikov y también Martirio, la cantante”, comentó, dejando al pasar algunos de los grandes nombres de la escena internacional con el que se ha codeado.
“El público porteño, y el argentino, tiene una capacidad demostrativa enorme, una simpatía y un cariño que, aunque estén pasando un momento difícil o no, lo llevan con mucha altura, con mucha gracia y mucho donaire. Es un ejemplo”, aseguró. La risa, ese gesto humano gracias al que construyó una larga carrera, es su clave.
“La risa cura todo. La risa que todos tenemos en la vida. Momentos buenos y momentos malos. Si uno aprende a descifrar el código de los momentos de la vida, los buenos se convierte en buenos y los malos se convierten en buenos. Es cuestión de aprender a buscar la clave y darle la vuelta”, contó, sobre su fórmula mientras lanzaba un esperanzador deseo para los argentinos.
“Dios siempre está y en este momento más que nunca soy optimista. Encuentro tan divino Buenos Aires, está tan lindo y la gente está tan bella y dice cosas tan lindas. Yo creo que de esto va a salir lo mejor y no solamente hablo de Buenos Aires, sino de esta situación que se está viviendo en el mundo entero”, expresó. “Hay cosas que, de repente acá ni nos enteramos, como que estamos a punto de crear una guerra mundial o que Putin no sé qué quiere. En fin. En el mundo entero hay conflictos serios, pero yo tengo la sensación de que de todo esto viene la luz, viene la alegría, viene el entendimiento y viene la maduración”, vaticinó.
Dentro de unos días, el actor vivirá un momento muy fuerte cuando se reencuentre con Antonio Gasalla, quien permanece en un centro de rehabilitación en un avanzado deterioro de su salud. “Ya no recuerda que es actor”, había contado Marcelo Polino, quien lo acompañará en esta reunión que tendrá con quien supo hacer dupla en el teatro.
– Se va a dar en estos días tu encuentro con Antonio Gasalla, tu gran amigo. ¿Cómo se están organizando para que puedan verse?
– Sí, es el miércoles. Voy con Marcelo Polino. Es un amigo querido de toda la vida y estoy muy entusiasmado, a pesar de que los informes no son maravillosos sobre su estado de salud. Está enterrado en situación judicial, hay que mover miles de papeles y de cosas, pero voy a verlo el miércoles. No sé. Yo soy optimista. Soy un tipo positivo. Yo me imagino que nos vamos a dar la mano y de muchas cosas nos vamos a acordar, y él también se va a acordar de muchas cosas. Estoy seguro.
– ¿Vos crees que esto se puede dar? Lo que se escucha desde otros lados son cosas tan sorprendentes, que asombran, tales como que él no recuerda que es que es actor, por ejemplo.
– Sí. Yo sé todas esas versiones. Te imaginás que las sé todas. Estoy acá en casa organizando un homenaje que le van a hacer en el Centro Cultural Kirchner. Un homenaje maravilloso, con recuerdos, con contextos. Yo voy a hablar, también, y se van a proyectar imágenes mías. Hay todas las versiones del mundo, pero yo sé que va a ser duro y que para mí va a ser un shock, de alguna manera, pero yo estoy seguro de que en el fondo de su alma, algo le va a traer buenos recuerdos y le va a traer un poco de alegría. Estoy seguro.
– Hablando de recuerdos y de Antonio. ¿Qué recuerdos tenés de él, de esos años del inicio del café concert? Las cosas que vivieron. Me imagino vacaciones, momentos juntos, cenas.
– ¡Sí! Cenas, no. Después de la función nos gustaba irnos cada uno a su casa y sino… Es muy difícil que encuentres una foto mía con Antonio cenando después de la función. Él tenía una vida siempre muy aparte y además Antonio fue un tipo que siempre, y eso es lo que la gente no sabe y no puede entender… Hay cosas que no se entienden de su conducta social. Fue siempre de una timidez enorme. De una timidez casi enfermiza. Era tímido, tímido, tímido y eso lo hacía tomar actitudes muy extrañas a veces, pero al mismo tiempo era una persona tan buena y tan easy going. No encuentro en español la palabra. Alguien fácil de llevar.
– Fácil de tratar. Claro, claro.
– Sabía cómo dar en la tecla. Es muy fácil tratar con Antonio.
– ¿A qué vos le atribuís esa timidez? Alguien tan explosivo arriba del escenario como vos y que fuera del escenario tenga otro perfil.
– Bueno, no sé. Siempre fue así. Hemos salido, hemos viajado, hemos ido a Europa juntos. Hemos estado en España juntos. Siempre con un… ¿Cómo te podría explicar? Hoy me preguntaban en televisión si habíamos tenido algún romance y yo les dije que no. Ya es casi imposible convencer a la gente. Un día con una actriz tuve una discusión que me discutía. Me ofrecía plata para demostrarme que yo estaba equivocado. Digo, ¿qué sentido tiene que yo a los 182 años niegue un romance que no tuve? No lo tuve. Realmente no pasó nada. Siempre fuimos grandes amigos, siempre nos reímos mucho, siempre supimos cómo decirnos las cosas y hacer cada uno lo que se le dé la gana, cuando se nos diera la gana. Cada vez que nos separábamos decían que nos habíamos peleado. Nunca nos peleamos. Nunca.
– ¿A qué relacionas esa fantasía que tiene la gente de que ustedes fueron pareja? Tal vez puede llegar a tener que ver con otro momento de la sociedad en donde había ciertas cuestiones que se ocultaban.
– Sí, puede ser. Aunque yo no he sido un tipo que nunca oculté nada. Pero sí, supongo. No son planteos que me que a mí ni me preocupen, ni me importan. Cada uno es como es.