El mal momento de Cacho Garay en prisión, tras las graves denuncias de su ex: “Perdió más de 20 kilos”
Cacho Garay está preso en el penal de San Felipe en Mendoza desde julio de 2023 luego de haber sido denunciado por Verónica Macías, su expareja, por violencia de género y abuso sexual. Recientemente se conocieron detalles de cómo el humorista está transitando este momento.
“Me dicen que el humorista ingresó a la penitenciaría con 102 kilos y ahora está pesando unos 80 kilos. Es decir que en el proceso ha perdido más de 20 kilos”, comenzó relatando el periodista Juan Etchegoyen en su ciclo Mitre Live (Radio Mitre).
“El 85% de la visión del ojo derecho está afectada. Su próstata está deteriorada y sigue avanzando. Cacho es insulinodependiente y como consecuencia tiene los picos de baja y alta azúcar en sangre, ocasionando esto un desequilibrio al caminar”, agregó acerca de esta situación.
“Me contaban también que Cacho padece un estado depresivo como consecuencia de todas las cosas calumniantes que, según dice él, han ofendido su honor y reputación de tantos años. Actualmente se encuentra encerrado en su celda, casi que no habla con nadie y llora todo el tiempo”, caracterizó el conductor.
“Me terminaron diciendo que el servicio penitenciario no se encuentra a la vanguardia para acudir este tipo de consecuencias, lo que provoca un enorme malestar en Garay”, cerró Etchegoyen.
La denuncia de Macías fue realizada en abril del año pasado, en paralelo a un crudo relato que hizo en los medios de comunicación al destapar la horrorosa historia que le tocó vivir al lado de Garay. “Empezó la relación hace muchos años. Yo siempre soñé con cantar pero, no por la fama o ese tipo de cosas que dice la gente. Cantar, simplemente. Y él, cuando lo conocí, era otra persona. Como que me encantó, era una persona que se le veía buena, noble y, de a poco, me fue llevando. Me hacía creer que la única posibilidad de llegar al escenario era con él. Que él tenía todo el poder”, comenzó narrando la cantante en diálogo con Intrusos (América).
Macías contó que su relación comenzó como una amistad en la que Garay le prometía que él la cuidaría. Cuando ella le dijo que quería cantar, él la hizo viajar a Salta. “Fui ilusionada, le conté a mi mamá, a mis amigos… Y cuando llego a Salta, llegamos a un hotel y le dieron las llaves a todos y a mí no. Me dice ‘no, pero vos estás conmigo”, relató, destacando que, en ese momento ella tenía 20 años y él, 36.
Verónica señaló que esa anoche tuvo que tener relaciones sexuales con Garay, a pesar de no querer hacerlo, porque no tenía a dónde ir. “No me quedó otra. Me llevó muy engañada. Me dijo que me iban a pasar cosas lindas. Esa frase no me la olvido nunca más”, añadió. Verónica contó que se quedó en el hotel porque le daba vergüenza contarle a su familia lo que había pasado y porque tenía esperanzas de poder cantar.
Macías explicó que después del viaje a Salta se distanciaron, pero que el humorista siguió hablándole por teléfono, manipulándola para volver a estar juntos. Entonces, en 2011 ella preparó canciones para cantar en vivo y él la llevó a Mar del Plata. No obstante, cuando llegaron, Garay le dijo que no actuaría. “Me dice ‘esto lleva un proceso’. El proceso era seguir estando con él. Me dejaba encerrada, sola en el departamento y cuando mi mamá llamaba para preguntarme cómo me había ido, yo mentía”, continuó contando, señalando cuánto le costaba blanquear la situación con su familia.
Verónica contó que también la llevó a una fiesta donde había dos chicas rubias que en ese momento decían ser hermanas y “un señor muy conocido que tiene una concesionaria de autos en Mendoza” aseguró que Garay quería una fiesta donde estuvieran todos juntos, en una habitación. “Por suerte no me hicieron nada, pero sí sufrí un acoso, él veía que me estaban acosando y no hacía nada. Yo decía, ¿será que esto es normal? Porque a las chicas yo las veía muy sueltas”, continuó Macías.
La cantante contó que Garay tardó tres años en hacerla subir a un escenario y que en ese tiempo sufrió todo tipo de torturas. “Él me hacía participar de encuentros con otras mujeres, todo era sexo. Yo pensaba que ya me había acostumbrado y lo empecé a naturalizar. A mí él no me quiso nunca y yo siempre le tuve miedo. Me hizo creer que tiene mucho poder. Un día quise escaparme y entré en shock, quise llamar a mis hermanas y él decía ‘hay que calmarla, hay que matarla a esta pendeja porque me va a arruinar la carrera’ y sacó un arma”, detalló.