Tras las elecciones en el PRO, Macri y Bullrich empiezan a discutir una confluencia electoral con Milei
“Es seguro que hagamos una alianza electoral con La Libertad Avanza y los partidos que expresen un cambio profundo, obvio que no vamos a hacer una alianza con Martín Lousteau”. Esa frase ya tiene fuerza de sentencia y la dijo un dirigente del PRO. Fueron declaraciones de Juan Pablo Arenaza, legislador porteño y operador político ligado a Patricia Bullrich. Por la confianza que tienen, su palabra es casi la voz de la propia ministra de Seguridad. La funcionaria trabaja desde hace semanas con el objetivo de que el PRO confluya electoralmente con el espacio de Javier Milei de cara a las elecciones de 2025. Aunque en política un año es una eternidad, este tipo de construcciones, de dos espacios independientes y con historias distintas, son procesos sinuoso que implican arduas negociaciones y amalgamar egos.
El PRO eligió el martes a Mauricio Macri como su nuevo presidente. Se inicia una etapa de relanzamiento, donde la supervivencia del partido está en juego. El cachetazo electoral de 2023, que dejó a Juntos por el Cambio en la tercera posición, afuera del balotaje, puso en jaque el potencial del PRO. Milei absorbió buena parte del caudal electoral que tenía JxC, especialmente el sector más duro encarnado con Bullrich y el macrismo. ¿Por qué, entonces, el PRO podría ser una alternativa electoral para las intermedias de 2025?
Son preguntas que deambulan en la oposición. En los diálogos frecuentes de Macri con Milei surge que el PRO actúa en la práctica como un partido oficialista: ofrece respaldo en el Congreso a todas las iniciativas de la Casa Rosada y se mueve en tándem con La Libertad Avanza. Pero no hay fusión ni interbloque. El ex mandatario busca que su partido esté cerca de los libertarios pero con la autonomía suficiente como para no perder la identidad. No será sencillo.
Bullrich, en cambio, es una de las ministras de más vuelo político en el Gobierno y sus dirigentes de confianza se mueven como libertarios -prácticamente-. La funcionaria logró pujar poder interno a Macri para hacer pie en el PRO. Es algo que algunos dirigentes del macrismo no terminan de dilucidar. ¿Por qué Bullrich se quedó dentro del PRO si actúa en la práctica como ladera de Milei y La Libertad Avanza? Estar en el partido la da un lugar desde dónde construir su armado político, al mismo tiempo que trabaja para que esa construcción confluya con el Gobierno. Es una forma, también, de evitar que Macri domine completamente un espacio que puede tener poder de daño para el Jefe de Estado.
Macri y Bullrich tienen diferencias personales. La relación quedó sentida tras el ingreso de la ex candidata presidencial el Gobierno de Milei. Los macristas lo leyeron como una jugada propia. El diálogo se resintió y requirió de la interlocución de dirigentes que frecuentan a ambos para acercar posiciones al interior del PRO. Federico Angelini, Fernando De Andreis, Juan Pablo Arenaza, Sebastián García De Luca -hasta su salida del Gobierno en febrero-, Darío Nieto, Pablo Walter son algunos de los operadores políticos que tendieron puentes entre Macri y Bullrich.
El ex presidente debió ceder algunos espacios de poder en el PRO porque Bullrich había reunido los avales para presentar una candidatura propia y desafiar a Macri. Incluso, habían sondeado a Diego Valenzuela, intendente de Tres de Febrero, para encabezar esa boleta. Sabían que perdían ante el macrismo. ¿Por qué la presión, entonces? Decisión estratégica de negociación. Ante el tironeo, Macri decidió no someterse a un proceso electoral tedioso y desgastante conta Bullrich -que cuenta hoy con el apoyo de Milei- y, a la par, evitó que los medios titularan que el macrismo no había logrado una lista de unidad para conducir el partido.
El debate electoral hacia 2025
La discusión quedó saldada y, automáticamente, se abrió el debate de cara a 2025. El PRO tiene escasas posibilidades si se presenta sólo o lejos de los libertarios en las próximas elecciones. La confluencia con el espacio de Milei es casi inevitable. El debate es los términos y condiciones de esa “alianza electoral”, como le llamó Arenaza.
Mientras tanto, Macri viajó ayer a Europa, con destino a Italia. Fue invitado a dar clases en la Universidad de Bolonia, según supo Infobae. Tiene previsto estar en ese continente hasta el fin de semana. De acá en adelante, el ex jefe de Estado intercalará viajes al exterior con su agenda política en Argentina. Bullrich, por su parte, se enfoca en la gestión del Ministerio de Seguridad, con un alto perfil, aunque sin descuidar el armado político.
Algo que en el Gobierno no ignoran es que en un frente con el PRO, La Libertad Avanza ganará volumen territorial y electoral: eso le da la posibilidad de tener una mejor cosecha en un año que renovará la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Congreso. En la Casa Rosada tienen como horizonte político el 205 para dar un salto en gobernabilidad. Si los números macroeconómicos logran una recepción positiva por parte del electorado, una alianza con el PRO puede impulsar un triunfo de Milei en las urnas.
De todos modos, la pelota ahora la tiene Milei. Es el Presidente de la Nación y no está dispuesto a regalar protagonismo. Aunque no es nativo de la política, conoce que el poder se ejerce o se pierde. Es algo que ya hace: en sus diálogos con Macri, el libertario elogia al líder del PRO, lo escucha, pero en ningún momento da espacio para ningún tipo de desembarco de cuadros políticos del PRO en su Gabinete.
Incluso, escucha los consejos de Macri, pero pocas veces los pone en práctica. En el macrismo creen que el veto proviene de Karina Milei, secretaria General de la Presidencia, y Nicolás Posse, jefe de Gabinete. La hermana del libertario cuida al máximo el círculo presidencial y aplica desconfianza a todo aquel que resulte ajeno o desafiante.
Mientras tanto, Milei también trabaja en un armado político propio. Karina Milei supervisa a Eduardo Lule Menem en la creación de La Libertad Avanza como sello nacional. Y ella misma se mueve en ese sentido. El martes estuvo en Córdoba con Martín Menem, titular de la Cámara de Diputados, y Gabriel Bornoroni, diputados oficialista y referente libertario cordobés.
Lo propio sucede en la provincia de Buenos Aires, el otro territorio clave para cualquier armado electoral. Allí, Sebastián Pareja continúa como un referente clave. En el PRO, quien se mueve con el deseo de capitanear una candidatura para diputado nacional es Diego Santilli. Es legislador amarillo tiene buena imagen y alto nivel de conocimiento. Además, debe renovar su banca en 2025.
¿Pero por qué Milei cedería una candidatura de tanto protagonismo al PRO? ¿Por qué no optar por un candidato propio, como José Luis Espert, por ejemplo, que también debe renovar su banca el año que viene y se mueve políticamente en Buenos Aires desde hace tres años? Son interrogantes que signarán cualquier intento de frente electoral entre La Libertad Avanza y el PRO.
Una alternativa que ofreció Omar de Marchi, secretario de Relaciones Parlamentarias del Gobierno, a Macri, en una reunión que tuvieron a principios de febrero, es la posibilidad de hacer una confederación de partidos. Es una figura distinta a la de alianza electoral y poco usada en Argentina. Al ex presidente no le pareció mal, aunque no le dio demasiada relevancia.
Lo cierto es que el PRO pone en juego en 2025 la renovación de 22 de sus 37 bancas en Diputados y dos escaños de los siete que tiene en la Cámara de Senadores. Además, arriesga decenas de legisladores en todas las Legislaturas del país y cientos de concejales en miles de municipios. Son espacios de poder que le asignan capacidad de negociación y potencial político a un partido.