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Si finalmente llega la energía de fusión nuclear comercial se lo deberemos en gran medida a este reactor. Y no es ITER

Si todo sale como prevé EUROfusion, las primeras pruebas con plasma en ITER (International Thermonuclear Experimental Reactor), el reactor experimental de fusión nuclear que un consorcio internacional liderado por Europa está construyendo en la localidad francesa de Cadarache, arrancarán antes de que expire esta década. Esta enorme y complejísima máquina es un paso fundamental en el camino hacia la energía de fusión comercial, pero no es la única pieza importante de este rompecabezas. Ni mucho menos.

JET (Joint European Torus), el reactor de fusión experimental alojado en Oxford (Inglaterra), nos ha dado muchas alegrías durante décadas. En 1997 alcanzó un hito muy importante en el camino hacia la fusión nuclear comercial: generó 16 megavatios de potencia máxima, el récord en ese momento, por lo que puso sobre la mesa la capacidad de esta tecnología de entregarnos enormes cantidades de energía. Desde entonces EUROfusion ha continuado refinando este reactor para poner a punto algunas de las innovaciones que formarán parte de ITER.

En febrero de 2022 fuimos testigos de otro gran hito de JET: consiguió generar nada menos que 59 megajulios de energía de fusión durante un periodo de 5 segundos empleando el mismo combustible que utilizará ITER. Y a finales de 2023 los investigadores que operan JET llevaron a cabo las últimas pruebas con plasma después de haber generado con éxito 105.842 pulsos. Este reactor experimental cumplió nada menos que 40 años pocos meses antes, lo que lo consolida como una de las herramientas más valiosas que ha ideado el ser humano.

Nuestras esperanzas ahora están con el reactor de fusión experimental JT-60SA

El reactor experimental de fusión nuclear JT-60SA es una parada imprescindible en el camino hacia ITER. Al igual que este último, es un reactor tokamak de fusión mediante confinamiento magnético, aunque no está alojado en Europa; reside en Naka, una pequeña ciudad no muy alejada de Tokio (Japón). Su construcción comenzó en enero de 2013, pero no lo hizo desde cero; lo hizo tomando como punto de partida el reactor JT-60, su precursor, una máquina que entró en operación en 1985 y que durante más de tres décadas ha alcanzado hitos muy importantes en el ámbito de la energía de fusión.

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En agosto de 2023 los ingenieros que trabajan en la puesta a punto del reactor JT-60SA lograron refrigerar con éxito el motor magnético de esta máquina

El ensamblaje del JT-60SA finalizó a principios de 2020, y la intención de los científicos involucrados en su puesta a punto era iniciar las pruebas con plasma lo antes posible. Un apunte importante: en la puesta a punto y la operación del reactor JT-60SA Europa y Japón van de la mano. Es un proyecto conjunto que en última instancia persigue llevar a cabo experimentos con la capacidad de entregar un conocimiento muy valioso para que ITER llegue a buen puerto. Aquí reside, precisamente, la importancia de la máquina de Naka. Y, afortunadamente, hasta ahora esta colaboración está cumpliendo en plazo el itinerario que se ha marcado.

En agosto de 2023 los ingenieros que trabajan en la puesta a punto de esta máquina lograron refrigerar con éxito el motor magnético del reactor. Y no era fácil debido a que las temperaturas que es necesario alcanzar para que los imanes y el solenoide central de los reactores de fusión adquieran la superconductividad son extremadamente bajas. El siguiente paso que era necesario dar también era importantísimo porque requería poner en marcha el reactor para llevar a cabo la primera prueba con plasma. Este test crucial fue llevado a cabo a mediados de octubre de 2023 por los ingenieros que operan el reactor, y, afortunadamente, fue todo un éxito.

Sirva este artículo como un merecidísimo homenaje a los reactores experimentales JET y JT-60SA. No obstante, como acabamos de ver, este último todavía tiene muchísimo que aportar. De hecho, si todo sale como han previsto los investigadores europeos y japoneses que lo operan, ayudará a entender mejor la dinámica del plasma en el interior de la cámara de vacío (una información que resultará muy valiosa para los técnicos de ITER) y sostendrá la reacción durante más tiempo que JET, lo que le ayudará a generar más energía de fusión, entre otros hitos. De una cosa podemos estar seguros: el reactor JT-60SA será crucial para que ITER cumpla los hitos que ha marcado EUROfusion en su itinerario.

Imagen | F4E/QST

Más información | European Commission

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La noticia Si finalmente llega la energía de fusión nuclear comercial se lo deberemos en gran medida a este reactor. Y no es ITER fue publicada originalmente en Xataka por Juan Carlos López .

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