¿Vuelven Los Piojos? Se cumplen 15 años de su último show y sale un disco en vivo para recordarlo
Este jueves 30 de mayo se cumplen 15 años del último recital en el recorrido de Los Piojos. Ocurrió en 2009 en la cancha de River Plate y fue la despedida del grupo que, esa noche, formó con Andrés Ciro Martínez, Tavo Kupinski, Micky Rodríguez, Sebastián Cardero y Juanchi Bisio. A ellos se sumó, en calidad de invitado, Daniel Buira, baterista original del grupo y presente en las versiones de “Verano del 92″, “Desde lejos no se ve” y “Cruel”.
“No soy bueno ni dado para los discursos. Entonces lo que tengo que decir se los voy a decir acompañando todo lo que se siente en este momento, de parte de la banda y mía, se lo vamos a decir a través de esta canción”, pronunció Ciro antes de que comenzara a entonar “Pacífico”, uno de los últimos hits del grupo, aquel que contiene frases como “Dejando que suceda / es más fácil así / el cuerpo bien sabe flotar / Distintas las miradas / y tu contestación / muestra qué inútil fue mi hablar”. Compuesta en 2006, durante un parate del grupo, y editada en 2007 en el álbum Civilización, la canción exponía que las cosas entre los integrantes del grupo no estaban del todo bien. Y de algún modo, adelantó la separación.
“Estaba entusiasmado por tocar con los chicos y, a su vez, con una sensación triste por lo que estaba sucediendo en ese momento con la banda. Pero también me pasaba que era volver a sentarme en la batería con los pibes. Un reencuentro en un final. Para mi, en lo personal, era muy emotivo, muy fuerte. Pero reservándome por la situación que se estaba viviendo entre ellos, que no era la ideal, no era el mejor momento de ellos como personas entre sí, entre cada uno de ellos”, recordó Buira en diálogo con Teleshow sobre la noche final de Los Piojos. “Por otro lado, sentía que era necesario. Yo tenía charlas por separado y era súper necesario el corte, darse un descanso, para en un futuro sentarse de vuelta. Estaba bien lo que estaba pasando”, consideró.
El único ausente en aquel recital de despedida fue Daniel Piti Fernández, guitarrista y fundador de la banda, quien se había ido un año antes desgastado por las fricciones que tenía con el cantante y con el manager del grupo, Pocho Rocca. Y emprendió su aventura llamada La Franela, que aun mantiene y que está por renovar con un próximo álbum, a editarse entre septiembre y octubre de este año.
Al disolverse Los Piojos, comenzó una guerra mediática en el que cada uno de los exintegrantes tenía algo para reclamarle a los demás. O, al menos, a Ciro y al manager. “Desde fines de 2004, el grupo se convirtió en una empresa que facturaba espectáculos grandes. Hace rato que no éramos una banda: mucho antes de que dejáramos de tocar. No somos cinco islas, no somos cinco personas distanciadas y en desacuerdo. En una gira estábamos todos en una habitación, menos Andrés. Siempre fue así, marcando la diferencia”, expuso Tavo en 2010 en diálogo con Clarín, poco después de montar su proyecto Revelados y de ser guitarrista invitado en Las Pelotas.
“No me iba a ir así nomás de la banda, me tenían que sacar con los pies para adelante. Los Piojos son míos. No soy ‘el ex guitarrista de Los Piojos’: soy Los Piojos. Es mi banda, porque legalmente el nombre está registrado por cinco personas y una soy yo. No voy a regalar nada porque no me banque a uno. Así como Andrés nos veía como sus guitarristas, yo también puedo decir que él era el cantante de mi banda. (…) No hay posibilidad de volver de mi parte. La única chance sería que venga un tipo y me diera un palo verde. Yo voy y toco, nada más. Hoy en día, para compartir un escenario con Andrés, y que Pocho esté en la movida, me tendrían que dar mi parte. Iría a disfrutar con mis amigos: no podemos volver sin Piti”, había dicho en esa misma nota. En enero de 2011, Kupinsiki falleció en un trágico accidente automovilístico (en el que también murió su mujer y una de sus dos hijas) y la vuelta de Los Piojos, al margen de las diferencias, empezaba a tornarse imposible.
“Sin Tavo en el medio, la veo difícil. Era el único que sabía lo que tocábamos todos. Fuimos una cosa seria, siempre lo hicimos lo mejor posible y nos quisimos mucho, aunque hoy no me hable con Ciro. Me haría mal haber estado tanto tiempo con gente que pueda hacer un circo con el nombre, pero no creo que suceda. Para mí sería hermoso que Los Piojos no vuelvan nunca más, que quede bien alto el recuerdo. Por ahí puede pintar un tributo de casualidad, en el show de alguno, un festival, cuatro temas, algo así. Pero salir de gira, no”, había dicho Piti Fernández en una entrevista con Clarín, publicada en 2012 y un año después de la muerte de Kupinski.
En tanto, Ciro se defendía cada vez que podía en las entrevistas que daba. Por ejemplo, disparó contra Cardero. “El último baterista hizo un juicio ridículo, ni ganas de nada con ese muchacho”, dijo en Vorterix. “Yo nunca le hice juicio a Los Piojos. Yo era un empleado de la banda contratado por la sociedad SRL. Fue una disputa de mierda, como la separación de un matrimonio. Yo no me llevé ni un peso más de lo que me correspondía de la división. Usan la palabra juicio porque la banda me mandó una carta documento y hubo que poner abogados para cerrar la etapa económica y legal. Me despidieron como si fuera un empleado, eso es lo más triste”, dijo el baterista que ingresó al grupo en el año 2000 en reemplazo de Buira; después de Los Piojos armó El Vuelo de la Grulla y, desde 2018, es baterista de La Franela en paralelo a su afición por el físicoculturismo.
Ciro también cargó contra Piti. “A veces me da un poco de gracia cuando él se cree con autoridad para decir sin van a volver o no Los Piojos, cuando él abandono la banda. Fue la única persona en 20 años que abandonó la banda”, disparó Ciro en relación al líder de La Franela durante un zoom pandémico que mantuvo en 2020 con el guitarrista persa Juan Gigena Ábalos.
Sin embargo, el año pasado la cosa empezó a cambiar. Por un lado, Micky Rodríguez -que al separarse Los Piojos había fundado Lo Que Faltaba- se juntó con Dani Buira y Chucky de Ípola -tecladista invitado del grupo en los últimos años- para armar Ritual 87, proyecto iniciado en febrero y que recrea los mejores años piojosos. Y en septiembre se concretó el acercamiento más sensible: en medio del show de Ciro y Los Persas, el líder subió a Piti al escenario. “Voy a invitar a un viejo amigo para que cante un tema que él compuso”, dijo y apareció el guitarrista para entonar su hit “Bicho de ciudad” y luego quedarse a tocar en “Pacífico”. “Lo que estaba trabado, se destrabó. Si estuviese Tavo entre nosotros ya estaríamos vendiendo entradas para fin de año”, dijo el guitarrista un par de días después del encuentro en diálogo con Todo lo demás también (FM Mega).
En la medianoche del pasado viernes 24 una publicación en Instagram sacudió “la piojera” en dos direcciones: por un lado, se reveló la creación del perfil oficial de Los Piojos en esa red social -algo que hasta ese momento no estaba-; y por el otro, la publicación de un nuevo álbum en vivo -el quinto después de Ritual (1999), Huracanes en Luna Plateada (2002) y los volúmenes Fantasmas peleándole al viento (2006) / Desde lejos no se ve (2007)- basado en el recital de despedida.
“¿Están listos para revivir el Ritual Piojoso? Este 30 de mayo Los Piojos publican su histórico show en el Estadio River Plate y ya podés pregurdarlo”, decía el mensaje disparado por la cuenta Spotify Argentina y publicado al mismo tiempo en la del grupo, pero también en los perfiles de Ciro y Micky. También se reveló el título (Ritual Piojoso) y la portada del álbum: una clásica postal del final de los shows piojosos, con todos los trapos al frente y bien alto para que sean leídos por el cantante. La noticia hizo prender el farolito de la esperanza en sus fanáticos, quienes empezaron a seguir la cuenta de la banda y a llenar la publicación de comentarios rogando por la vuelta.
Fuentes cercanas al entorno del grupo le confiaron a Teleshow que la vuelta de Los Piojos está más cerca que nunca. Que harían shows antes de que termine este año o a principios del próximo en alguna de las dos canchas grandes en las que se presentaron en el pasado, River o Vélez. Y también que podrían ser una de las sorpresas en la grilla del Cosquín Rock 2025. De hecho, este año, en las bambalinas del festival que se realiza anualmente en la provincia de Córdoba comenzaron a sonar los primeros rumores del regreso en base a reuniones que ya se habrían dado entre los integrantes del grupo tras la participación de Piti en el show de Ciro.
Algo que también aumentó las suspicacias fue la aparición de dos pasacalles en Ciudad Jardín, el barrio de El Palomar que vio los primeros pasos de la banda. “No te sorprenda volverme a ver”, dice uno, citando parte del estribillo de “Morella” y rodeado por el piojo de Azul (1998) y el de Verde paisaje del infierno (2000), disco que incluye esta canción. El otro reza “Es sentir, es buscar, es volver” (del tema “Es sentir”), con los piojitos de Ay Ay Ay y Tercer Arco escoltando.
¿Más señales? Una publicación en Instagram del grupo La Chancha Muda, quien saludó a su guitarrista Juanchi Bisio de manera sugestiva. “Nuestro querido Juanelo!! De piojo a chancho… Todos deberían tener un Juanelo en sus vidas, pero es nuestro. Salú por todo lo que se viene”, le dedicaron junto a una foto en la que se lo ve tocando en el, hasta ahora, último ritual. ¿Será el reemplazante de Kupinski en esta posible vuelta? Buira sugiere prudencia. “Creo que hay que estar tranquilos. Me parece que Andrés está en un muy buen momento como solista y tiene que terminar de cerrar esa etapa sin agarrar atajos, porque los atajos no son buenos. No sé si este es el momento de decir si vuelven o no vuelven Los Piojos: ninguno de nosotros lo tiene claro. Lo que sí veo es que hay que dejar que las cosas vayan sucediendo solas”, le dice a este medio. “Quizás el camino es que se dé sin querer, lo más sano posible, sin reglas, condiciones, firmas o papeles en el medio”.
Entre el resto de Los Piojos, por ahora, reina el hermetismo y se espera que este jueves 30 ocurra algo más que la edición del álbum en vivo. La ansiedad entre sus fanáticos es cada vez mayor y, a la espera de cualquier novedad, ya están muy atentos a cada movimiento.