A horas de la gala de eliminación en Gran Hermano, Furia apuntó contra Virginia con una durísima acusación
Furia y Virginia se declararon la guerra a pocas semanas de la gran final de Gran Hermano (Telefe). Decididas a quedar entre los últimos competidores, ambas mujeres decidieron no dar el brazo a torcer y comenzar sus respectivas campañas. En especial la atleta de alto rendimiento, quien no se lo pensó dos veces a la hora de lanzar un picante comentario que desestabilizó a la casa.
“Virginia se juntaba con Manzana por el fandom”, expresó la participante sin pelos en la lengua, mientras compartía la habitación con los hombres del reality. “Obviamente que lo hizo, pero digo, quizás…”, intentó acotar Bautista al respecto, pero fue rápidamente callado por una fuerte acusación contra la humorista. En ese sentido, Juliana sumó: “Aparte cómo lo sedujo, ¿querés que te la imite? ‘Manzana, vení, ¿cuántos años tenés? ¿sabés lo que es una mujer grande? ¿sabés lo que puedo hacerte? ¿querés que te lo muestre?’. Darío lo vio”.
Entre carcajadas y gritos de incredulidad, el uruguayo tomó la batuta de la conversación y le consultó al platense si eso era verdad. “Fue así Darío, ¿posta? ¿lo confirmás? ¿Se veía todo eso?”, le consultó, completamente anonadado, mientras miraba hacia la cama del jugador. Este, en un intento de evadir el tema, respondió: “¿Virginia a Manzana?”.
La respuesta no llegó por parte del jugador, ya que Scaglione volvió al ataque. Levantándose de su lugar, imitó la presunta actitud de la mujer con el exparticipante, quien según ella, habría caído ante sus encantos. “Cuando se empezaban a cambiar de cama. Ella dormía ahí, después se cambiaba para allá, cada vez más cerca”, recordó mientras interpretaba a la comediante.
Nuevamente, el hombre de 57 años se desentendió del asunto y evitó ser cómplice de los dichos de la deportista. “No puedo hablar del afuera”, expresó en alusión a una de las reglas del juego, la cual le prohíbe romper el aislamiento con información que altere la normalidad de la casa más famosa del país. Lejos de apaciguar el entusiasmo por la anécdota, ella continuó refiriéndose a la dupla, a quienes tildó como más que amigos.
“Se veía muy sensual. Y cuando Santi le pregunta todo el día y ella le dice ‘no te puedo decir que soy la madre, somos amigos, pero bueno, a él le gustan mis pechos y yo juego con eso’”, sumó Furia. Y, como si de una bomba se tratase, tiró: “Después, Manzana con dolor de hue… izquierdo y sí obvio, si está lleno de leche”.
Virginia no aguantó más y salió a defender a su hija de Furia en Gran Hermano
Luego de que su relación se rompiera definitivamente, la jugadora se encontró con que su compañera tenía malas actitudes con su hija. Desestabilizada por la situación, ella no dudó en sacar a flote su lado materno. Ante las cámaras, la standupera dejó de lado la competencia y le hizo frente a los comentarios de la competidora.
“Te digo de buena onda, viste cuando no tenés ganas de sonreír, no la hagas, en serio. Te lo digo de onda porque es una cag…”, lanzó la deportista de alto rendimiento al ingresar a la habitación, donde madre e hija disfrutaban de su tiempo mientras bailaban. Sin morderse la lengua, la muchacha le comentó: “Pero, ¿por qué? Yo sonrío a todo el mundo, yo sonrío siempre. Si vos no querés sonreírles a la gente no lo hagas”.
Mientras la polémica jugadora señalaba que se daba cuenta “cuando a la gente no le caigo bien”, la humorista salió en auxilio de la muchacha y le dejó en claro que no se la agarre con su hija. “¡No la sonrías más, miedo no te tiene y no te metas con mi hija que es lo único que me falta! ¡No me rompas los huevos!”, le gritó a Furia.
Si bien el cruce terminó en ese momento, la entrenadora continuó descargándose con otros integrantes del reality, siendo uno de estos Darío. “Regálenle la casa a esta si la madre se calla”, expresó. Esto dio lugar al segundo round de la pelea, la cual se trasladó a la cocina. “A mi hija no la vas a bardear al pedo, ni vas a decir pelotudeces”, señaló la competidora, mientras que la otra dejó en claro su hartazgo y expresó que no necesitaba de sus sonrisas porque sentía que eran “un esfuerzo enorme”.