Benjamín Vicuña: de qué le hubiera gustado trabajar, la situación laboral de los artistas en el país y por qué elige quedarse
Nacido en Chile, pero radicado en Argentina desde hace años, Benjamín Vicuña es uno de los actores más reconocidos y talentosos de Latinoamérica. Con una carrera que abarca tanto cine, televisión y teatro, su versatilidad y capacidad para desempeñar una amplia variedad de personajes lo han consagrado como una figura destacada en el mundo de la actuación. Carismático y talentoso, su trayectoria incluye más de 20 obras de teatro, 17 películas y diez series de tevé.
Por estos días, disfruta del éxito de Felicidades, la comedia que encabeza junto a la dupla protagónica de Adrián Suar y Griselda Siciliani, Jorgelina Aruzzi y Peto Menahem, de jueves a domingo en el Teatro El Nacional. “Es impresionante lo que pasa en la calle Corrientes. El primer fin de semana recibimos 5.000 personas. Ahora estamos sold-out. Es increíble cómo la gente acompaña, cómo el público vibra con el teatro argentino. Por la situación que hoy está atravesando el país hoy en día, es muy lindo recibir tanto apoyo”, dijo a Teleshow.
“La obra habla de cómo hay una carrera frenética por conseguir la felicidad. Es una pareja que está en crisis, que celebra el cumpleaños de ella (Siciliani) y todo lo que tenía que salir bien termina siendo un desastre. Llegan invitados que no tenían que ir, cae un médium que es Peto (Menahem), que hace todo un rito. Y hay un sexto actor, que para mí es fundamental, que es la escenografía”, sumó acerca de la pieza que estrenó el pasado 16 de mayo, dirigida por Daniel Veronese y con la puesta en escena de Mariano Pensotti.
Papá de seis hijos, Vicuña enamoró a dos de las mujeres argentinas más hermosas, Carolina Pampita Ardohain y Eugenia La China Suárez, de quien se separó a mediados de 2021. Desde entonces, hace casi tres años, no se le conoció otra pareja. Si sigue soltero o no por ahora es un misterio. “Estoy muy bien”, dijo entre risas, sin dar más detalles.
Casamiento y algo más
Rulo: — Benjamín Vicuña. Por sí o por no: ¿volver a casarte?
Benjamín: — Nunca me casé. Ahí tenés, papu.
Rulo: — Entonces: ¿casarte? ¡Apa! ¿Te casarías?
Benjamín: — ¿Y por qué no?
Rulo: — ¿Con fiesta?
Benjamín: — Fiestita. Fiestita chica.
Rulo: — 100 personas. Los íntimos.
Benjamín: — ¿Y por qué no? No lo hice nunca.
Rulo: — ¿Es una cuenta pendiente?
Benjamín: — No sé si es una cuenta pendiente.
Rulo: — Vos sabés que estás diciendo esto y con las mujeres que salgas en el futuro, te van a decir: “Benja…”
Benjamín: — ¿Te acordás de la entrevista con el Rulo? Me va a salir carísima. Bueno, ¿podemos borrar esta parte?
Rulo: — Sí, podemos. ¿Estás con alguien? ¿Estás en pareja ahora?
Benjamín: — Estoy… la típica respuesta: “Estoy muy bien”.
Rulo: — Estás muy bien. Bueno, estás con alguien.
Benjamín: — Estoy con el teatro, feliz.
Rulo: — Vos querés tener una cita, por ejemplo, no salís a comer afuera. Tampoco la podés llevar a tu casa porque tenés…
Benjamín: — 25 niños.
Rulo: — Claro, ponele que hablás por Instagram. Te escribe una chica que te gusta.
Benjamín: — Hablo con alguien que me gusta.
Rulo: — Y empezás a hablar…
Benjamín: — Como todos los mortales.
Rulo: — Sé honesto, Benja, porque las minas gustan mucho de vos.
Benjamín: — ¿Qué tiene que ver eso? Hay que laburar igual.
Rulo: — Igual tenés que laburar, Ok. ¿Y entonces dónde nos vemos?
Benjamín: — Eso es un secreto que no te puedo develar aquí.
Rulo: — Vas a las casas vos, ¿sos delivery? ¿Jugás de visitante?
Benjamín: — No, porque ahí no manejo la situación. Aunque igual, el delivery es una buena opción.
Rulo: — Pero claro. No vas a caer en tu barrio ahí, que está lleno…
Benjamín: — No, pero también hay diferentes escenarios.
Rulo: — Ah, ¿tenés bulo? Cada vez te enterrás más, amigo.
Benjamín: — No, no sé, para. Pero hay un mundo fuera de los radares. Ahí te la dejo.
El vínculo con Argentina
Benjamín: — Yo no dejo de ser un inmigrante en Buenos Aires, en Argentina.
Rulo: — ¿Te sentís extranjero?
Benjamín: — Por momentos me siento extranjero. Sí, y eso te genera una inseguridad a la hora de algunas cosas.
Rulo: — ¿Para el laburo o para qué?
Benjamín: — Y no sé, mirá, en una época yo traía un auto de Chile y lo pasaba… tenía patente chilena. Nunca me han puteado tanto en mi vida como cuando tuve patente chilena. No… porque manejaba mal. Igual como sigo manejando, pero ahora, por ejemplo, me hacen así: “Dale pelot…”. Antes era: “¡Chileno y la tatarata!”. Y claro, hay un tema ahí. Pero a ver, en todos los países fronterizos sucede eso o en los países que están cerca.
Rulo: — Igual te recontra argentinizaste.
Benjamín: — O sea, yo vivo acá hace muchísimos años. Me considero… yo vivo, respiro y sufro en algunas cosas también en Argentina, en todo su comportamiento, en esta inestabilidad, pero también gozo de un país lindo, creativo, que me ha dado muchas oportunidades. Yo estoy muy feliz de vivir acá.
Rulo: — Por favor, no digas: “Me dio un amor”. Lo único que te pido es que no digas eso. Porque se generó una polémica…
Benjamín: — Eso fue un furcio. Pasan los furcios. Suceden. Va a sonar un poco pretencioso, pero yo estaba desarrollando una idea que tenía que ver con el programa y la enfermedad del personaje. Y un agradecimiento a Argentina. Y se me cruzó esto. Ya está. ¡Un desastre!
Si no hubiera sido actor…
Rulo: — Por sí o por no: ¿Ganaste mucho dinero en Argentina?
Benjamín: — No.
Rulo: — ¿No se paga tanto como la gente cree para las tiras y eso?
Benjamín: — Mi vínculo con Argentina es emocional. Amo la Argentina. Estoy también, básicamente, arraigado por mis hijos. Pero es de público conocimiento que hay otros mercados que pagan muchísimo más. Trabajé en España, en Colombia, en México y en Chile también; pero la verdad que nosotros, los actores, debo decir que en Argentina es una fantasía de la gente. Somos laburantes, que por ahí por acá hacemos una a otra, pero no es una cosa…
Rulo: — Por sí o por no: ¿trabajar de otra cosa?
Benjamín: — Sí, obvio. ¿Sabés qué quería ser de chico? Yo quería ser encargado de edificio.
Rulo: — ¿Te gustaba por qué? Porque pensabas: “Me dan alojamiento”.
Benjamín: — Pensaba: “Estoy ahí mirando una tele chiquitita, calentito”. En Chile hace mucho frío, así que con un caloventor en las patitas, diciendo: “Hola. ¿Qué tal?”. A ver, estoy hablando de una época en donde el encargado por ahí había menos Rappi, te rompían menos los huev… y estabas más tranquilo.