El Gobierno define si lleva su batalla contra la CGT al escenario internacional de la OIT
El secretario de Trabajo, Julio Cordero, está siguiendo de cerca la ofensiva contra el Gobierno que llevan adelante la CGT y las dos CTA en la conferencia anual de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que comenzó el lunes en Ginebra, Suiza, para definir si contesta con dureza o no los ataques cuando brinde un discurso, el miércoles, ante los países que integran ese organismo.
Tanto el secretario de Relaciones Internacionales de la CGT, Gerardo Martínez (UOCRA), como su par de la CTA de los Trabajadores, Roberto Baradel (Suteba), efectuaron fuertes críticas contra las políticas de Javier Milei en una reunión plenaria de la Comisión de Normas de la OIT, pero Cordero, según sus allegados, prefiere esperar otras intervenciones de los sindicalistas argentinos antes de resolver el tono de su réplica, ya que no quiere empeorar la mala relación del Gobierno con todo ese sector.
El secretario de Trabajo viajará este fin de semana a Ginebra para participar en la última de las dos semanas de deliberaciones de la OIT. Decidió recortar su presencia como un gesto de austeridad y por ese motivo lo acompañará sólo el director de Asuntos Internacionales de Trabajo, Gerardo Corres. La mayoría de los dirigentes gremiales argentinos, en cambio, llegó a Europa el fin de semana pasado y se quedará hasta después del viernes 14, cuando finalizará la conferencia de la OIT.
La expectativa está puesta en el coloquio “en defensa de la democracia y los derechos laborales en América Latina y el Caribe”, que se desarrollará en la OIT esta mañana, con presencia de la CGT y las dos CTA, en el que Gerardo Martínez aportará otra vez una mirada crítica sobre la situación económica, laboral y sindical en la Argentina. Entre otros puntos, el líder de la UOCRA alertará sobre “los peligros que reinan en la región por las políticas de extrema derecha que hasta se animan a no respetar la división de poderes en democracia y poner en tela de juicio el concepto de justicia social”.
Este lunes, ante la Comisión de Normas de la OIT, el dirigente cegetista calificó la reforma laboral que impulsa Milei de “precarizadora y antisindical” y consideró que el gobierno argentino “no interviene en las resoluciones de conflicto, no promueve políticas de empleo, se despreocupa de la formación profesional, pretende limitar la negociación colectiva y se ausenta de sus obligaciones de combatir el trabajo no registrado con el adelantamiento de la inspección laboral”.
Martínez será reelegido como miembro del Consejo de Administración de la OIT y también se convertirá en uno de los 6 dirigentes gremiales de todo el mundo que se sumarán el 15 de junio a una coalición internacional por los valores de la justicia social, donde, además de representantes de países y del empresariado, habrá presencia del FMI, el Banco Mundial, el BID y otros organismos internacionales. Será una confirmación del giro del Fondo, que ya le pidió al gobierno argentino que “el peso del ajuste no caiga desproporcionadamente sobre las familias pobres y trabajadoras”.
El titular de la UOCRA está en Ginebra junto con el cotitular de la CGT Héctor Daer (Sanidad); Cristian Jerónimo (empleados del vidrio) y la abogada de la UOCRA Marta Pujadas, entre otros. También concurrieron miembros de la CTA Autónoma como su titular, Hugo “Cachorro” Godoy, y Rodolfo Aguirre, y de la CTA de los Trabajadores, como Roberto Baradel (Suteba) y Claudio Marín (Foetra).
Godoy, al hablar en la OIT, también fue muy crítico del gobierno argentino: “Venimos a denunciar una vez más en esta asamblea las violaciones a los derechos de los trabajadores, la vigencia del DNU, el proyecto de la Ley Bases que sigue avanzando sobre nuestros derechos y reafirmar la unidad para permitir que esta ofensiva del capital que encabeza Milei en Argentina pueda ser frenada”.
En su discurso, por su parte, Baradel dijo que el gobierno de Milei “implementó su plan económico y social mediante normas de rango inferior, en clara violación a la Constitución Argentina, es decir, ignorando al Poder Legislativo” y que, “analizadas en conjunto, constituyen un plan sistemático de cambio del patrón de acumulación que beneficia a sectores concentrados y viola de forma sistemática derechos y garantías sociales que gozan de la más alta protección constitucional”.
Quien les contestó a los sindicalistas, y en particular a Baradel, fue el embajador Carlos Foradori, representante de la Argentina ante los organismos internacionales, que en el mismo ámbito de la OIT recordó que al asumir Milei “la economía heredada implicaba que el país transitaba por un camino de cornisa y a punto de llegar al precipicio” y dijo: “El 10 de diciembre pasado, la Argentina lucía una patética fotografía del 50% de pobreza, 10% de indigencia y una inflación que a precios mayoristas a fines de año estaba en el 54% mensual. Pero lo que es peor, los niños, lo más preciado de la Argentina, sumidos en la absoluta pobreza y más grave aún, es la triste pobreza educativa”.
En ese sentido, Foradori brindó datos de la crisis educativa en nuestro país para replicar a Baradel: “En algunas provincias del sur de la Argentina -sostuvo-, la cantidad de clases en la escuela primaria alcanza los 80 días cuando lo normal hubiese sido 190. Lo que está tratando de hacer este gobierno es superar los déficits sociales sin que devenga en una bancarrota nacional. Lo más preciado es la educación pública porque es la más democrática de todas. Porque es gratuita y obligatoria. ¿Es democrático que quienes tengan el poder adquisitivo para poder asistir a una escuela privada tendrán más posibilidades justamente en el ámbito laboral? Eso no es democrático y tampoco es justo”.
“La educación debiera ser un servicio esencial -resaltó Foradori-. Después de esta herencia, lo que el gobierno argentino está haciendo desde su humildad, con firmeza, desde su sensibilidad, con audacia, desde su prudencia, con valentía, es implementar una estrategia terapéutica para curar el dolor con justicia, la frustración con mucha confianza en millones de argentinos quienes el pasado octubre pusieron, junto con la boleta del voto, la esperanza de un futuro mejor”.