Música/Espectáculo

Del besazo de Emmanuel y su marido a los “angelitos” de Furia y Coy en Gran Hermano: así fueron los emotivos reencuentros en la casa

Una vez más volvieron a ingresar familiares a Gran Hermano 2023, pero esta vez no hubo “Congelados” ni otra dinámica del juego que ponga freno a tanta emoción que se respiró en el aire de la casa. Un viaje a Varadero, Cuba con alojamiento en un all inclusive, además del liderazgo para su familiar, son los premios por el que participan los seres queridos de los jugadores que fueron entrando uno a uno, en una gala que abundó en lágrimas, romance y algunos momentos memorables.

El primero en romper el hielo ante la expectativa de los concursantes, que ya intuían que podía haber una sorpresa, fue Nicolás, el marido de Emmanuel. En la línea fashion del estilista, el militar llegó con un llamativo look de piel sintética y apenas cruzó por la puerta, su pareja se le abalanzó y protagonizaron un apasionado reencuentro. Un largo beso, entre abrazos y palabras de cariño que incluso consiguió que “Los Bros” le canten a coro una balada romántica.

“Muy escandalosa. Sos un escándalo, loca”, lanzó Ema, mientras observaba el atuendo de su esposo, uno de los familiares de los participantes que tiene un alto perfil. La siguiente en entrar fue Coy, la hermana de Furia, quien siempre al estilo de la participante ingresó a los gritos, eufórica y consiguió emocionar a Juliana mientras se fundían en un abrazo cargado de sensibilidad.

“¡¿A qué viniste?! ¡¿A jugar o a qué?!”, lanzó la mujer, que había realizado horas antes un picante posteo contra los famosos que siguen a su hermana y estuvo en dudas hasta último momento de si iba a ser de la partida por sus obligaciones como mamá de una hija pequeña. “Te vengo pidiendo un montón”, comentó la entrenadora, emocionada mientras celebraban su encuentro. “¡Necesitamos ese dinero, perra!”, lanzó, entre carcajadas la recién llegada.

En ese momento Coy realizó una insólita propuesta. “Vamos a hacer un ‘angelito’ al pasto”, le pidió, mientras ambas, sin nieve en el suelo, se tiraban sobre el césped y comenzaban a agitarse.

El siguiente en ser sorprendido fue Nicolás cuando la que apareció dentro del juego fue Antonella, su madre,, quienes apenas se vieron solo se repetían una y otra vez “te amo” y le aportaron a los ingresos de la noche una cuota de amor maternal. “No puedo creerlo”, aseguró el modelo, mientras la presentaba por al resto de sus compañeros.

El siguiente turno fue de Darío, quien tuvo una sorpresa por partida doble. Su hija Sofía viajó desde Venezuela y llegó al país unos días antes de su entrada, solo para poder acompañar a su papá. El concursante rompió en llanto en el encuentro. “¿Cuandó llegaste?”, le preguntó, acongojado, mientras no salía de su asombro.

“¿Qué carajos hacés acá, bolud…?”, fue la primera reacción de Bautista, mientras iba hacia el encuentro de Emma, su prima cuando le llegó la oportunidad de recibir a su ser querido. “¡Esta loca es lo más grande que hay! ¡Es como mi hermana!”, lanzó, entre risas, al tiempo que la presentaba al resto de los jugadores. “Estoy nerviosa, ansiosa, con ganas de verte. ¡Estás todo bronceado!”, le dijo ella, en el patio, en medio del shock en el que seguían los concursantes.

El cierre de una de las galas más emotivas de la temporada estuvo a cargo de Martín que le tocó ser el último en recibir a su novia María, también conocida como Marisol. La pareja en su reencuentro casi termina en blooper. Fue cuando ella cruzó la puerta y él salió corriendo a toda velocidad. En su trayectoria, terminó resbalándose, pero no consiguió caerse al suelo. En su lugar, terminó en los brazos de su amada y a puro chape. Un broche de oro a pura pasión.

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