Pettovello sigue envuelta en un clima de incertidumbre: ausencia en las reuniones de Gabinete y desconfianza interna
La serie de denuncias y contradenuncias que tiene como centro a Sandra Pettovello ya es calificada como una “novela” en el Gobierno. Todos los funcionarios se abstienen de opinar en público para respetar la estima que le tiene el presidente Javier Milei a su ministra de Capital Humano, pero el diagnóstico generalizado es que es necesario terminar con las intrigas por el bien de la imagen de la administración nacional. Una visión que creció después del último capítulo, sobre el supuesto intento de irrupción en la casa de la funcionaria en un country de Moreno.
La alarma inicial por ese episodio se disipó en las últimas horas, cuando la Policía Bonaerense y la fiscalía llegaron a la conclusión preliminar de que no hay evidencias de un intento de intrusión. “Fuimos a ver (el lote del country donde vive la funcionaria) y no había nada de nada. Llamaron al 911 diciendo que escucharon ruidos, fue el móvil policial a verificar y se retiró sin novedad alguna”, detallaron a Infobae en el ministerio de Seguridad de PBA, donde siguieron el tema de cerca por la magnitud de la persona afectada, pero se mostraron despreocupados ante la falta de pruebas.
Esta tarde, ni Pettovello ni el ministerio habían radicado una denuncia formal por ese episodio ante la Justicia, e inclusive los libertarios más fieles empezaban a desconfiar. No tanto de la veracidad del temor, sino más bien de su asidero en la realidad. “Seguramente está muy conmocionada por todo lo que está pasando y cualquier gota le rebalsa el vaso”, dijeron.
La ministra atraviesa un momento de desconfianza con el resto del Gabinete. Por caso, dejó de asistir a las reuniones que se realizan en la Casa Rosada los martes y jueves. Atraviesa un momento personal delicado, pero también desconfía de sus pares. “Está convencida de que la están operando o de que no la están apoyando”, contó un funcionario. Dicen que duda del beneplácito de la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, a pesar de que la apoyó públicamente ante una consulta periodística.
Hay quienes leyeron la decisión de Sandra Pettovello de mandar a investigar el Fondo de Integración Socio Urbana, tarea que le corresponde a un alfil de la hermana de Milei, Sebastián Pareja, generó suspicacias en el primer piso de la Casa Rosada.
Es que el funcionario encargado es el principal armador de Karina Milei en la provincia de Buenos Aires. De hecho, ayer estuvo en La Plata con él y con Martín Menem, en una de las últimas presentaciones ante la justicia electoral para quedarse con el sello de La Libertad Avanza a nivel bonaerense y avanzar hacia el armado nacional. Después, el senador bonaerense entró a la Casa Rosada para verse personalmente con Eduardo Lule Menem. “Parece como si Sandra hubiera tomado para cualquier lado lo que dijo Sebastián de Grabois, cómo si estuvieran asociados y él quisiera protegerlo. No tienen nada que ver”, dijeron en Gobierno sobre aquellas declaraciones de Pareja sobre el correcto funcionamiento del área en la administración anterior.
Hay quienes creen que las discusiones en Capital Humano se enturbiaron por la interna libertaria bonaerense que enfrenta a Pareja y a Carlos Kikuchi, divididos en la Legislatura. “Hay gente aprovechándose de la situación, gente nuestra que está vendiendo información”, elucubraron.
Con todo, Pettovello desconfía de todos menos de Milei y de Leila Gianni, su nueva mano derecha. Estuvo hablando con Pareja en las últimas semanas, en busca de información para avanzar contra los dirigentes sociales asociados al gobierno kirchnerista, pero en el FISU señalaban que ya están en marcha varias investigaciones -de la SIGEN, la Oficina Anticorrupción e internas- y consideraron que es inviable que prospere una más.
A la trama sobre la intrusión se suma la acusación que inició Juan Grabois, por la acumulación de 5900 toneladas de comida en almacenes de la cartera; y los contratos de empleados a través de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), donde el principal involucrado fue el ex secretario Pablo de la Torre, pero podría afectar a otros funcionarios y alcanzar a la propia ministra, que al fin y al cabo estaba al mando de la cartera en ese momento.