Furia, amada y odiada: por qué la jugadora más fuerte de Gran Hermano vio caer su propio imperio
Sin dudas Juliana Scaglione, más conocida como Furia, se convirtió en la jugadora más destacada de esta edición de Gran Hermano (Telefe). Desde su particular imagen —basada en tatuajes, piercings y un singular corte de pelo al ras que pinta de colores— junto con su personalidad fuerte, desembarcó en el reality show con una alta exposición.
A fuerza de gritos, peleas y estrategias que cruzaron la manera en la que se relacionó con sus compañeros de convivencia desde que se inició esta nueva temporada, se convirtió en una de las favoritas del público a la vez en que fue la más odiada de la casa. Del lado de afuera, los furiosos -tal como se denomina su fandom- lograron que superara cada gala de nominación hasta hoy, acatando cada uno de sus pedidos para dejar fuera de combate a sus rivales. Pero su histrionismo, su actitud confrontativa y el hecho de haber quemado los puentes con el resto de los “hermanitos”, terminaron por picarle el boleto. Así, quedó eliminada en un mano a mano que la enfrentó a Martín El Chino Ku.
“Soy así, no voy a cambiar por nada ni nadie, al que no le gusta que se la fume”, fue una de sus frases más recurrentes y con las que explicaba su personalidad volcánica, tan atrapante para algunos como desagradable para otros. En ese sentido, se movió en tándem con el apoyo de sus fans: si el voto del público incide de forma negativa, es ella quien ideó la placa de nominados, señalando a quiénes necesitaba sacar de competencia. Si las reglas cambiaban sobre la marcha esa semana y la elección se tornaba positiva, resultaba, por lejos, la más votada.
Más allá de todo, detrás del personaje hay una persona con una historia de vida compleja, según su propio relato. Furia se definió a sí misma como “deportista, entrenadora y creadora de contenido”. Es doble de riesgo y profesora de CrossFit, por lo que siempre fue muy competitiva. De hecho, uno de sus hermanos contó en una entrevista que cuando Juliana era pequeña, hacía un escándalo y se quejaba si no ganaba cuando jugaba con sus cuatro hermanos. Una actitud que, adentro de la casa, se replicó en varias oportunidades y con distintos “hermanitos”.
Juliana siempre habló con tristeza acerca de la muerte de sus padres. Su mamá falleció hace más de siete años tras sufrir cáncer; mientras que su padre, quien tuvo luego una complicada y delicada enfermedad mental, murió hace aproximadamente un año. “Yo pasé un período que no tenía para comer porque tenía que pagar cosas de mi papá. Nunca me puse mal ni me enojé. Nunca le conté a la gente que estaba a mi alrededor que me pasaba todo esto. Yo comía arroz y huevo, comía mucho arroz”, le contó a sus compañeros de reality acerca de las dificultades añadidas a esta situación.
Su motor para salir adelante fue el deporte, según dijo. “Siempre seguí entrenando. Estaba pasando un momento re de mierda… Primero, que mis hermanos no me hablaban y no tenía para comer. Me enojé. Dije: ‘¿Por qué tengo que pasar por esto? ¿Por qué la vida me castiga a mí?’”, contó. Sin embargo, con su hermana Georgina, más conocida como Coy, supo remediar las cosas y la mencionó casi todos los días en los que estuvo adentro del juego. De hecho, es ella quien da entrevistas en nombres de Furia, maneja sus redes sociales y bajó mensajes a los Furiosos. Incluso, Juliana le prometió que, en caso de ganar los 50 millones de pesos que hay de premio final, 30 serían de ella, 10 para algún compañero que la ayudara a llegar a la final y 10 para Coy. Algo que no podrá concretar dado este resultado.
“Esto que está haciendo ya sabíamos que iba a pasar, la conocemos desde lo bueno hasta lo malo que tiene. Ella está cumpliendo su sueño. Ustedes se van a seguir sorprendiendo porque las variantes que tiene son impresionantes y nunca sabés con qué puede salir”, dijo Coy respecto al estilo de juego de Furia.
Adentro de la casa, y al margen de sus incontables peleas con sus compañeros, vivió un momento muy dramático. Fue a mediados de abril, cuando reveló que estaba sufriendo una dura enfermedad. “Chicos, tengo leucemia grado 1″, le contó al resto de la casa, una noticia que provocó un vuelco dramático tanto en la dinámica del juego como en su ya chispeante personalidad. “No tengo que tratarlo. Me tengo que sacar sangre todos los meses, pero quédense tranquilos que estoy bien porque si no no estaría acá adentro. Me hubieran internado y ya no podría seguir en el juego. Mi idea es seguir adelante con todo esto que es mi vida, igual que la de todos ustedes. Todos cambiamos nuestra vida por esto. Así que no se preocupen”, agregó, mientras los “hermanitos” la miraban serios.
Si bien el grupo optó por contenerla, con el correr de los días ella volvió a su juego y sacó cierta ventaja del diagnóstico. Incluso, acusó a sus compañeros de querer enfermarla para provocarle una recaída. “Yo no me puedo enfermar, chicos. Tengo un diagnóstico en el cual no me puedo enfermar, no se me puede caer mi sistema nervioso central. Acabo de ir a un médico encima. Me dieron paracetamol. ¿Sabés lo que quieren? Sacarme del juego. Por eso me mandan al médico. Hasta que me muera, no voy a parar”, dijo a mediados de mayo, ante la desconcertada mirada de todos.
“Si pensaran en los compañeros, y saben que yo no me puedo enfermar, se hubieran ido del cuarto, a dormir afuera. ¿Yo tengo que dormir afuera?”, planteó, siempre controvertida. Y luego decidió apuntar directamente contra Florencia. “Vos sos la que tenés faringitis, boluda… Se enferma la otra, que está tosiendo por toda la casa las 24 horas, y me termino enfermando yo. No da. No piensan en la gente. Hermosa estrategia”, analizó Furia.
Desde antes de participar de GH, Furia siempre quiso ser famosa y salir por televisión. Si bien su objetivo fue ser parte del reality show, y especialmente luego del paso de Walter Alfa Santiago en la edición anterior, tuvo apariciones en otros programas. Así, se la pudo en Bienvenidos a Bordo (El Trece) enfrentándose a Alejandra Locotomora Oliveras en un juego de fuerza, para sorpresa de Laurita Fernández.
En la prueba tenía que adivinar cuanto pesaba un reloj. Le dieron algunas pistas, tiró un número y acertó. Ganó el reloj y se preparó para competir en un “tire y afloje” de una soga con la Locomotora para ganarse electrodomésticos. Aunque no pudo ante la fuerza indiscutible de la boxeadora, su paso por el programa quedó registrado y, tras su aparición en el reality, su fandom lo recordó en las redes.
También tuvo una participación en Flechazo, un show de citas conducido por Darío Lopilato y con la participación especial de Franco Torchia, que en las tardes de El Nueve ayudaba a que las parejas encontraran el amor. Allí, uno de los puntos que le planteó a su “candidato”, llamado Rodrigo, es si debía existir una suerte de competencia dentro de la pareja. “Creo que no debería existir la competencia en el amor, ni siquiera debería existir esa palabra. Estoy en busca de esa mitad que me complemente, pero como te digo: la competencia en el deporte y no dentro de la pareja”, le contestó Furia.
Ahora, y después de la gran atención y exposición que está experimentando con su participación en el reality, es altamente probable que se la vea desfilar por varios canales de televisión y streaming montando su personaje. Dependerá de ella -y de las oportunidades que genere en el medio- si se sostiene como una más del stardom farandulesco local o si será tan solo una “ex Gran Hermano” de acá en adelante.