Murió la hermana de la periodista Analía Franchín
Después de pelear contra distintas adicciones y también con un diagnóstico de HIV positivo, este miércoles por la mañana falleció Sandra, hermana de Analía Franchín. Tenía 61 años y estaba internada. La noticia fue confirmada a Teleshow por la panelista de A la Barbarossa (Telefe), quien se enteró del deceso durante un corte del programa que conduce Georgina Barbarossa. En ese momento, según pudo saber este medio, Franchín estaba fuera de cámara y fue contenida por sus compañeras Noe Antonelli y Nancy Pazos.
La que sí estaba al aire fue Georgina, quien hizo un esfuerzo por contener las lágrimas. Como se ve en el video que figura a continuación, eran las 11.03 de la mañana, cuando el programa regresó de la tanda. “Lo que pasa es que… bueno, después vamos a hablar. en fin, en un ratito vamos a…”, dijo la conductora con los ojos vidriosos. Al notar su incomodidad, el periodista Lío Pecoraro decidió intervenir. “Vamos a estar con Gran Hermano, con todo lo lindo que tenemos para el programa de hoy. ¿Querés que te ayude?”, le dijo. Finalmente, Georgina blanqueó la situación: “Perdón nos acaban de dar una mala noticia y estamos todos un poco movilizados acá en el estudio”, dijo.
Sandra y Analía eran hermanas por parte de padre. “A mis dos hermanas, el padre las abandonó. Cuando él subió y le dijo a mi madre que se iba con otra mujer, mi hermanita, que es mi hermana mayor y en ese momento tenía cinco años, se colgó, desesperada, del parabrisas del auto porque su papá se iba. Y la arrastró una cuadra. Mi hermana terminó internada. Nunca más mis hermanas vieron a su padre”, había contado Franchín en 2017 acerca de la dura historia de vida de su hermana.
Días atrás, la propia Franchín había expuesto en A la Barbarossa el padecimiento de su hermana a raíz de un desafortunado comentario de Juliana Furia Scaglione adentro de la casa de Gran Hermano (Telefe). “Me importan las declaraciones que hizo Furia, referentes al HIV. A ella se le permite decir una serie de cosas que no son correctas. No se puede, en el 2024, decir una cosa así”, dijo Barbarossa. Ante eso, Franchín dijo: “A mí me toca en lo personal. Mi hermana tiene HIV y, gracias a Dios, recibe un tratamiento como muchos enfermos de HIV”, aseguró la panelista, quien se mostró indignada con Juliana. “Furia, atrasa. Entiendo que en los ‘80 teníamos miedo de acercarnos a una persona con sida. Yo estaba en la primaria. Pero que Furia diga ahora: ‘¿Qué tengo? ¿HIV?’. No”, dijo.
“Estaría bueno que le expliquen a Furia que con una persona con HIV podés tomar mate, podés dormir, podés tener relaciones sexuales cuidándote con la profilaxis adecuada. ¡Desasnen a esta mujer, por favor!”, insistió Analía muy enojada por las declaraciones de la participante.
En tanto, Franchín concluyó: “Ella es libre de hacer lo que quiera, pero con este tipo de cosas que atañen a un montón de gente que pasa por esta enfermedad, estaría bueno que le hagan un explicativo”, remarcó sacando el foco en ella, sino apuntando a sus dichos: “Y lo que digo no es para condenarla. Pero uno no puede decir ‘¿qué tengo HIV?’, como si fuera un agravio”, cerró la comunicadora.
En mayo de 2021, Franchín publicó en el feed de su cuenta de Instagram un extenso posteo dedicado a la lucha de su hermana. “Ella es mi hermosa hermana Sandra, de la que muchas veces hablé. Un ser hermoso, muy sufrido. Una historia de vida tremenda. No daré detalles para preservar su intimidad. Igual si los contara, de tan escabrosos, les costaría creerlos”, comenzó expresando.
“(…) Hace 40 años que lucha contra sus adicciones. Pasamos por todos los estados, algunas internaciones y por las jornadas extensas sin saber si la encontraríamos en una zanja o similar. Hace como cuatro meses la encontré en un estado indescriptible (no podrían siquiera imaginárselo) y pensé que esa misma tarde la despediría. No había más nada que hacer”, dijo luego, enfatizando acerca de la complicada vida que llevaba Sandra.
“Sin embargo, recordé la vez que tan AMOROSA Y DESINTERESADAMENTE, Gastón Pauls me escribió por Instagram para darme una mano. No lo dude. Lo llamé y le dije: ‘se muere ya’. Sin dudarlo me conecto con una fundación y ahí mismo comenzamos una lucha para salvarla. Claramente, quien más lucha es ella. Por salir de ese infierno, que es su sombra constante. No sé qué va a pasar. Dios quiera que pueda continuar con su lucha. Desde aquel día está limpia, come, ríe, está consiente. No sé si ilusionarme demasiado. Ya lo hice otras veces, pero como bien dice el refrán: no está muerto quien pelea. Le gano 4 meses a la vida”, dijo Franchín en aquel momento, a la vez en que enfatizó su pedido por una nueva ley de salud mental en la Argentina.