Una jugada de Martín Menem enojó a Miguel Pichetto y puso en crisis el apoyo de diputados dialoguistas al gobierno en el Congreso
La relación entre el oficialismo y el bloque de Hacemos Coalición Federal (HCF) suma cortocircuitos. Luego del apoyo de estos últimos a la Ley Bases y el paquete fiscal, comenzó un proceso de distanciamiento que se cristalizó con el anuncio de Miguel Ángel Pichetto de no apoyar mega proyectos de ley, justo cuando el Gobierno prepara el envío de la Ley Hojarasca.
El gesto que profundizó las diferencias, por lo menos para el titular de Hacemos Coalición Federal, fue la conformación de la bicameral de Inteligencia, una de las comisiones más estratégicas del Congreso de la Nación, que tiene como función el seguimiento de los organismos públicos que se dedican a esa actividad.
Este grupo parlamentario, que se conformaría apenas termine el receso invernal, está compuesto por 7 diputados y 7 senadores. Por la Cámara Baja, el kirchnerismo aportará a Leopoldo Moreau, Rodolfo Tailhade y Eduardo Valdés; por el sector de los libertarios ya están confirmados Gabriel Bornoroni y César Treffinger; por el PRO será Cristian Ritondo y se suma Mariela Coletta, de la Unión Cívica Radical.
En ese esquema, quien no tiene representantes es Hacemos Coalición Federal. “Había un acuerdo para que Emilio Monzó vaya a esa comisión, pero Martín Menem lo incumplió y le dio dos sillas a La Libertad Avanza”, explicaron desde HCF.
Esto generó el enojo de Pichetto y sus compañeros de bloque, quienes ayer se reunieron con Menem para reclamarle que cumpla los acuerdos. “Fueron bastante claros: le explicaron que si sigue incumpliendo los acuerdos, van a llevar el tema al recinto para que decida el pleno”, agregó la misma fuente.
Si Pichetto y Monzó cumplen con su promesa, llevarán la discusión por la conformación de la bicameral a la próxima sesión. Además, esto tiene que ver con que -entienden- Menem habría hecho la misma jugada para la conformación de la bicameral Revisora de Cuentas, otra de las más importantes.
La discusión es sobre cómo se conforman las comisiones; para las permanentes se votó la utilización del sistema D`Hont, pero no para las bicamerales; por eso es que desde HCF hacen referencia al incumplimiento de los acuerdos.
Si se toma como ejemplo la comisión bicameral mixta Revisora de Cuentas, tiene 12 miembros, seis de cada Cámara. Si se hiciera bajo sistema D´hont, los diputados serían 3 por Unión por la Patria y 1 de LLA, del PRO y de la UCR. Si HCF se agrupa con la Coalición Cívica e Innovación Federal, no le daría el número para quedarse con una silla.
Aunque el presidente de la Cámara de Diputados tiene tiempo, porque el grupo todavía no se conformó oficialmente, en la web oficial de la bicameral figuran Bornoroni y Treffinger, ambos diputados de LLA.
En la Cámara Alta, Victoria Villarruel avanzó con las designaciones y nombró Martín Goerling Lara del PRO, Mariana Juri por el radicalismo, al peronista disidente Edgardo Kueider y a Edith Terenzi, aliada al gobernador de Chubut, Ignacio Torres. Por el kirchnerismo se definieron esta semana sus representantes: Oscar Parrilli, Eduardo “Wado” De Pedro y Florencia López.
El año pasado, la bicameral estuvo presidida por el ex radical y actual diputado cristinista Leopoldo Moreau, por lo que este año la presidirá un senador. Como La Libertad Avanza no tiene ningún representante, el elegido sería el radical Goerling Lara.
La comisión es una de las más jugosas y delicadas del Congreso, entre otras razones porque funciona con secretismo. Sus encuentros son a puertas cerradas. Ni siquiera suceden dentro del Palacio Legislativo sino que lo hacen en un salón ubicado en el quinto piso del Anexo del Senado, lejos de las miradas indiscretas.
Entre sus facultades está la de citar a los espías y obligarlos a declarar explicando cuáles son sus tareas. También cuenta con un presupuesto propio que no rinde cuentas y que le permite a los diputados y senadores contratar asesores exclusivos con salarios bastante más altos que los que cobran el resto en las diferentes comisiones. Un dato no menor es que todo lo que ahí se debate y se discute se lo hace siempre bajo una estricta confidencialidad. No hay documentos públicos del trabajo de la bicameral.
Uno de los primeros puntos a debatir será el nuevo formato de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), que ahora depende directamente del Presidente de la Nación. El segundo es que podrían investigar al ex jefe de Gabinete Nicolás Posse por presunto espionaje ilegal con la AFI.