El paquete electoral del Gobierno se centra en la provincia de Buenos Aires, el epicentro de la disputa en el PJ kirchnerista
Sancionada la Ley Bases y el paquete fiscal, el gobierno de Javier Milei parecería estar dispuesto a avanzar en el Parlamento en una negociación más formal en torno al paquete electoral, y en ese proceso abierto con los bloques dialoguistas y la oposición colaborativa, la administración libertaria puso el foco en dos aspectos: la posible eliminación de las primarias, que los aliados la remarcaron como un objetivo demasiado ambicioso, y la implementación de la Boleta Única de Papel que ya tiene media sanción en Diputados y dictamen en el Senado. De avanzar, prevé un impacto directo en la provincia de Buenos Aires, el principal distrito electoral del país y epicentro de la disputa a cielo abierto en el PJ kirchnerista.
“No es un problema para el peronismo, eso es lo que quieren instalar. El problema es la implementación: es gente que nunca tuvo a cargo el armado de una elección”, explicaron ayer cerca de Axel Kicillof.
Es que, de aprobarse la implementación de la boleta única a nivel nacional, a la Provincia, que por su tamaño y peso electoral, en especial del Gran Buenos Aires, acapara la mayor atención y dedicación del sistema político partidario, y que tiene su propia ley de PASO, se le presentaría por primera vez una situación atípica y de extrema complejidad de cara a las elecciones legislativas del 2025.
Es decir, tendría por primera vez dos sistemas de votaciones diferentes: uno para los cargos nacionales y otro para los provinciales.
“Es un cambio sustancial: se separa lo nacional de lo provincial”, explicó a este medio un dirigente de la ex coalición de Juntos por el Cambio que está convencido de que, de implementarse un nuevo sistema de boleta única a nivel nacional, le abre a la oposición al peronismo una oportunidad de construir otro tipo de alianzas descontaminadas del esquema de coaliciones nacionales.
En el 2022, la Cámara baja le dio media sanción al proyecto de introducción de la Boleta Única de Papel propiciado por un sector del PRO, y avalado por Juntos por el Cambio en acuerdo con parte del peronismo no kirchnerista, que propone un sistema de votación de una sola boleta para todas las categorías nacionales similar al de Córdoba, con algunas particularidades de otras jurisdicciones que hizo que algunos partidos provinciales pusieran ciertos reparos.
Durante el verano, la media sanción tuvo dictamen de comisión en el Senado con la firma de legisladores de la UCR, del PRO y del peronismo, y con el empuje particular del senador Maximiliano Abad, del radicalismo, que se embanderó en el proyecto no solo por lo que justificó en términos de “mejora en la calidad institucional”, sino por una sencilla razón: su proyecto personal y político está radicado en la provincia de Buenos Aires.
Es paradójico porque hace una semana, el creador de Tesla y dueño de la red social X, Elon Musk, puso como ejemplo el actual sistema de votación de la Argentina: compartió una publicación en la que se ponderaba el método de conteo de votos del país para criticar al modelo estadounidense.
En la provincia de Buenos Aires, el Ejecutivo tiene la potestad de fijar la fecha de elecciones, de adherir a la simultaneidad, pero también a ejercer la posibilidad de separarse del calendario nacional. A través de una ley, la Provincia adhirió por caso al sistema de primarias abiertas y simultáneas, pero no hay antecedentes en materia de desdoblamiento. Mucho menos para la instauración de la concurrencia, es decir, la votación en una misma fecha para cargos nacionales, por un lado, y provinciales y municipales, por el otro, pero con dos sistemas diferentes de votación. Fue el caso de las primarias de la ciudad de Buenos Aires del año pasado, que utilizó para la elección a jefe de Gobierno y legisladores locales con voto electrónico y la boleta partidaria para el resto. Una idea de Horacio Rodríguez Larreta y sus socios del radicalismo para dirimir la interna de Juntos por el Cambio entre el PRO y la UCR.
El año pasado, al menos de manera informal, el desdoblamiento del calendario bonaerense había sido materia de análisis en la previa de las elecciones del 2023 puertas adentro de la administración Kicillof. También se debatió hacia el último tramo de la gestión bonaerense de María Eugenia Vidal, en el 2018, alertada la ex gobernadora por el arrastre negativa que podía tener en la boleta junto a Mauricio Macri al año siguiente, como al final sucedió.
Se trata, ahora, de una discusión similar por el contenido electoral que podría darse en tierra bonaerense si es que la boleta única llega a tener el visto bueno del Congreso. En ese caso, se votaría con dos sistemas diferentes, una extrañeza y una prueba de fuego para la política provincial. Para avanzar con su propio sistema de votación de Boleta Única de Papel debería tener sanción de la Legislatura aunque, en ese caso, también quedarían diferenciados los cargos provinciales de los nacionales.
Diversas fuentes de la oposición y del oficialismo en territorio bonaerense explicaron a este medio que en los últimos días, en línea con la discusión nacional, empezaron a incrementarse en La Plata conversaciones entre el PRO, la UCR y el peronismo -también La Libertad Avanza, dividida a nivel provincial- relacionadas con este capítulo del paquete electoral.
En el caso del PJ, uno de los más activos fue en estos días el senador Luis Vivona, que tiene diálogo sin intermediarios con Kicillof y promociona el pragmatismo que impera en el sistema político bonaerense. En el Senado provincial, sin embargo, la representante más directa del gobernador es Verónica Magario, la vicegobernadora.
Por el lado del PRO, fuentes partidarias explicaron que se trabaja en un proyecto para la introducción de la Boleta Única de Papel en territorio provincial, a pesar de que ya existen iniciativas en ese sentido. Uno de ellos es Agustín Forchieri, diputado provincial, que tiene relaciones aceitadas con todos los sectores.
En el macrismo creen que el cambio en las reglas del juego los puede beneficiar, aunque algunos sostienen que la crisis partidaria contamina esa posibilidad. “Estamos tan mal que ya ni sé qué nos conviene”, se sinceró un legislador provincial del PRO. La pelea entre Macri y Patricia Bullrich es a todo o nada, y a todos los niveles.
En anteriores elecciones, hubo intendentes de la oposición que se beneficiaron con el actual sistema de boleta partidaria porque propiciaron el corte en beneficio propio para no ser arrastrados por una figura nacional poco atractiva para sus intenciones. En su momento fue Julio Garro, en La Plata. También Diego Valenzuela, en Tres de Febrero. No fue lo que sucedió históricamente, salvo excepciones, en el peronismo.
Esta semana, desde La Libertad Avanza se comunicaron con los jefes de bloque del Parlamento para convocarlos informalmente a un encuentro que, en teoría, había sido convocado para entre el miércoles o el jueves, pero que podría posponerse por el receso invernal y la ausencia de algunos legisladores que salieron de vacaciones. Con el paquete electoral como el principal temario de discusión.
Fuentes del Senado explicaron que existe la intención de avanzar con la sanción definitiva de la Boleta Única de Papel, y que hay negociaciones abiertas con senadores de Misiones y de Río Negro para efectuar, si es necesario, modificaciones al dictamen aprobado en el verano y cuya media sanción tuvo lugar en el 2022.
La eliminación de las PASO, o incluso la posibilidad de virar hacia un sistema de no obligatoriedad de las primarias, uno de los proyectos que también prevé enviar el Ejecutivo al Congreso, presentaría menos adhesiones, por las diferencias que existen dentro de los propios partidos. Es un paquete en el que trabajan en el Ministerio del Interior y la Jefatura de Gabinete.
En paralelo a las negociaciones bonaerenses por el sistema de votación se coló en los últimos tiempos en el temario el intento, por parte del oficialismo, de volver a dar marcha atrás con la limitación a la reelección de los intendentes, sancionada en el 2016 durante el gobierno de Cambiemos, y modificada en el 2021.
Fuentes del gobierno de Kicillof confirmaron a Infobae que es intención del gobernador y del peronismo revisar esa ley, y que los jefes comunales que ya fueron reelectos por dos períodos puedan volver a postularse. Y que incluso el ex ministro de Economía querría avanzar este año en esa dirección: ya hay emisarios que empezaron a hablar del tema en la Legislatura. Se mencionó además la hipotética creación de la figura del vice-intendente, que no existe en la esfera provincial, pero serían solo rumores. Fueron contactados legisladores de la oposición. Desde el PRO adelantaron que es muy difícil que ese espacio acompañe.
En territorio provincial también está pendiente aún el envío de los pliegos de los cuatro miembros de la Corte Suprema provincial que deben completarse para tener al tribunal integrado en pleno. “No tenemos ningún apuro”, explicaron fuentes oficiales.
Las negociaciones preliminares arrojaron que el peronismo debería quedarse con la potestad de nominar a tres candidatos, y el restante la oposición. Para eso, el PRO y la UCR deberían ponerse de acuerdo. “El que nos ponga los votos”, resaltaron desde La Plata. Hay voces que dan cuenta, puertas adentro, de cierto freno en el tema porque no hay una posición común entre Kicillof y La Cámpora y el cristinismo.
Es que, en territorio bonaerense, que resistió el año pasado al tsunami libertario y a la crisis partidaria con el holgado triunfo de Kicillof, que consiguió la reelección, la pelea puertas adentro entre el gobernador y el cristinismo ortodoxo, representado en buena medida por la agrupación liderada por Máximo Kirchner, está en plena ebullición más allá de los intentos por bajar los decibeles.
El gobernador está decidido a avanzar con su proyecto expansionista. A pesar de que, en su entorno, dicen que todavía falta mucho. Y de las reglas electorales que se implementen en el futuro.