Macri ratificará que está dispuesto a una alianza electoral con Milei, pero no avalará una fusión del PRO con LLA
Ser parte del Gobierno o no ser. Ese es el dilema en el que está el PRO después del fracaso electoral de 2023. Los caminos de Mauricio Macri, Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta se bifurcaron tanto como sus electores. Esa encrucijada es la que signa los días del partido. Como anticipó Infobae, el ex presidente prepara su reaparición pública con un acto en el que intentará fijar el rumbo para ordenar el frente interna y despejar la incertidumbre. En ese sentido, está dispuesto a explorar una alianza electoral con Javier Milei de cara a 2025, pero con un límite muy claro: sin hablar ni idear una “fusión”.
Para el macrismo, “fusión” es una mala palabra. Lo sienten, incluso, como una “provocación”. Es que implica que el PRO se disuelva ante La Libertad Avanza. Es algo que Macri resiste y con ese ímpetu saldrá a la cancha la semana que viene.
En el PRO hay dirigentes de peso, incluso referentes históricos, que ven “inevitable” una confluencia con Milei. Es el caso de Patricia Bullrich, que es ministra de Seguridad del Gobierno y promueve una “fusión”. Pero no sólo eso: la funcionaria considera que su partido debe actuar hoy como oficialismo. Es lo que hacen los legisladores de su equipo, como Damián Arabia, Silvana Giudici y Laura Rodríguez Machado.
En cambio, Macri conoce que es importante apoyar a Milei, pregonar que el Gobierno “le vaya bien”, pero no de un modo “ciego”. Esa es otra de las diferencias con Bullrich. Para el macrismo, el PRO debe respaldar a La Libertad Avanza pero de forma equidistante, con autonomía decisional y marcando diferencias cuando lo estimen necesario.
Es un modo de salir a marcar la cancha a Milei. Macri no está dispuesto a entregar su partido a los libertarios. Y, menos aún, el control político de la Ciudad de Buenos Aires, casa matriz del PRO. Por eso, en un guiño indisimulable, su acto de relanzamiento político será en el distrito nativo. Posiblemente, en algún local de La Boca.
Dentro del PRO, así como en algunos sectores del Gobierno, hay dirigentes que leyeron esa jugada en clave electoral: imaginan a Macri compitiendo como candidato a senador nacional en 2025. Un modo de liderar el armado electoral del partido y de plantar bandera en el distrito que gobiernan hace dos décadas.
Milei tamibén valora la relevancia del PRO, así como también la “experiencia” de Macri, a quien se refiere como “presi”. En los últimos días, la interacción entre ambos se redujo. No obstante, hubo diálogo en momentos “críticos” tanto para el oficialismo como para el partido amarillo.
Incluso, pasó un tanto desapercibido de la mirada pública el encuentro mano a mano de Macri con Sandra Pettovello, ministra de Capital Humano. Fue una reunión a solas que tuvo lugar hace tres semanas, cuando la funcionaria atravesaba una especie de crisis política producto de la entrega de alimentos a comedores y personas con las necesidades básicas insatisfechas.
En el macrismo deslizaron que el propio Milei se contactó con el ex presidente para pedirle que se reuniera con Pettovello para aconsejarla sobre cómo gestionar la crisis. No hubo café porque Macri no consume esa infusión. Pero sí, agua de por medio, una larga charla sobre política y gestión. En el entorno de la ministra, en cambio, fueron herméticos respecto al contenido del cónclave.
Algo similar sucedió con la salida de Julio Garro de la Subsecretaría de Deportes de la Nación, acaso el único funcionario de Milei que había sido acercado explícitamente por Macri. El Jefe de Estado y el ex presidente convinieron como reemplazo a Diógenes De Urquiza, otro dirigente ligado al macrismo.
Hay otro aspecto clave a considerar respecto a la posibilidad de un frente político entre el PRO y La Libertad Avanza: Javier no es Karina -y viceversa-. Karina Milei, claro. La secretaria General de la Presidencia conduce el armado político del Gobierno y apuesta a que el oficialismo controle el armado de las listas en 2025. En tanto que Santiago Caputo, el estratega estrella del Jefe de Estado que también incide en la rosca política, ejerce una especie de “equilibrio” entre los hermanos.
Otro referente clave del Gobierno que también estima prudente explorar una alianza con el PRO es Guillermo Francos, jefe de Gabinete y “bombero” político de la Casa Rosada. Trabajó codo a codo con Cristian Ritondo y la bancada amarilla en el Congreso para aprobar la Ley Bases. No sin algunos roces, la alianza parlamentaria dio sus frutos.
Por estas horas, Macri se concentra en el acto que hará el 1 de agosto para relanzar el PRO. Si bien aún no está confirmado, su equipo evalúa una posible visita a la Expo de La Rural para mañana. Lo definirán en las próximas horas. Sería la última aparición pública antes del acto de la semana que viene.
Mientras tanto, otro tema que ocupa la atención de Macri son las elecciones en Venezuela. Tanto en un video difundido en redes sociales como en una entrevista en la CNN, con el periodista Andrés Oppenheimer, el ex Presidente aseguró que su posición sobre el régimen de Nicolás Maduro “hoy es más dura y extrema que cuando era Presidente. Espero que todos estemos atentos, solidarios, y que tratemos de evitar otro fraude”.
En tanto que también ponderó la postura de Milei sobre el tema Venezuela. “El Gobierno ha tomado una posición dura sobre Venezuela, como la que teníamos nosotros. Ha condenado y está activo. Está haciendo todo lo que se puede hacer desde el punto de vista político”, sostuvo.
El domingo estará atento al resultado de los comicios que enfrentará a Maduro contra el opositor Edmundo González Urrutia, candidato respaldado por la líder María Corina Machado.