Malvina Ramírez, la última eliminada de Survivor: de su arrepentimiento por sus expresiones transfóbicas a sus aprendizajes
Este domingo, Survivor Expedición Robinson (Telefe) le dio la despedida a una de las integrantes de la tribu Sur, Malvina Ramírez. La directora de escuela rural de la localidad mendocina de Rivadavia, que causó revuelo por sus polémicas declaraciones hacia su compañera trans, Inés Lucero, quedó afuera de la isla por el voto de sus compañeros. A horas de su expulsión del reality, la mujer de 51 años dio una nota a Teleshow en la que contó acerca de su experiencia de “vivir la vida como si fuera una salvaje”.
— ¿Cómo surgió la idea de sumarte al certamen?
— Se dio como un desafío personal. Es algo totalmente distinto a lo que estamos acostumbrados a vivir, como una experiencia extrema. Por otro lado, te permite juntar viaje, naturaleza y aventura. Volviendo a la pregunta, fue algo personal lo que me llevó a anotarme.
— ¿Habías pensado en otros realities como, por ejemplo, Gran Hermano?
— Sí, pero no quedé seleccionada. Por eso intenté en este, ¡justo el más complicado! Ya me había anotado también en La Voz, en todos los que hubo, y bueno, al final entré en este. Estoy feliz porque es una experiencia de vida, todos los realities lo son, pero este es un poquito más extremo. Me encantaría estar en Gran Hermano porque no sería tan físico como Survivor, sino más mental y artístico.
— Antes del reality, ¿hacías alguna actividad física que te haya preparado para la supervivencia?
— Voy al gimnasio desde los 20 años, pero realizo un entrenamiento básico, es decir, actividades aeróbicas y todas las disciplinas, como zumba, aerobox, kickboxing. Y, bueno, también cuido mucho la alimentación: no me excedo en las cantidades. Además, cuando era chica fui scout, por lo que el contacto con la naturaleza lo tuve siempre. Y también viví en una finca, entonces conocía el campo.
— ¿Creés que todo eso te ayudó a sobrellevar las condiciones extremas de la isla?
— Sí, porque una persona que le tiene miedo a la naturaleza, por ejemplo, a los animales, ve pasar una araña o a una hormiga, y automáticamente tiene menos ventaja. Yo no tengo problema en ensuciarme o juntar leña. Todo ese tipo de actividades me gustan. A pesar de eso, se me complicó en cuanto a que no tenía la fuerza de alguien más joven o preparado. Mi entrenamiento es el de una persona de unos 50 años que se cuida y no el de una deportista de élite. Yo me río porque cuando llegué al lugar estaban todos los chicos y pensé: ‘Esto es un equipo de fútbol’. Y, bueno, con mi entrenamiento y mi salud, salió esto. Gracias a Dios, no tuve que pedir ni una aspirina.
— ¿Qué fue lo más difícil y cómo lo superaste?
— Para mí, lo más difícil fue dormir. La lluvia te interrumpía el sueño. Yo me daba cuenta de que había dormido en la noche si al día siguiente recordaba lo que había soñado. Pero si no, era como que no tenía consciencia de haber descansado. Eso me costó muchísimo, lo demás lo fui llevando porque no es nada traumático. Simplemente estás sobreviviendo.
— Si tuvieras que hacer un balance sobre esta experiencia, ¿cuál dirías que fue tu gran aprendizaje?
— Crecimiento personal. También aprendí a poner las cosas en perspectiva: al final, lo que uno piensa que es grave, no lo es. Entendí que si, de repente, se te cortan las comodidades, pero estás bien físicamente, vas a sobrevivir. Y, además, que la vida está más allá de un teléfono, de la electricidad, o sea, son imprescindibles, la vida está un poquito más allá.
— ¿Tenés algún plan de acá en adelante? ¿Vas a retomar tu rol como directoria en el colegio que trabajabas?
— Yo tuve que renunciar a la dirección cuando entré al reality porque no me permitían tomarme los días sin goce de haberes, es decir, sin cobrar el sueldo. Entonces me quedé con mi trabajo de maestra. En realidad, yo soy actriz y siempre estuve relacionada con el teatro, el baile y el canto. También estudié periodismo, así que me gustaría intentar por el lado de los medios. Si hay alguna puerta abierta, obviamente la voy a aprovechar.
— ¿Estás arrepentida del comentario que hiciste sobre tu compañera Inés?
— Lo hice en un momento en el que estaba agotada físicamente, sin comer, sin dormir y dije cualquier cosa. Me sentí muy mal. Después le pedí disculpas a ella y también pido disculpas a todo el que pudo llegar a sentirse ofendido. Yo no soy así, eso es lo que más me duele. En mi familia somos de mente muy abierta. No hay diferencias: somos todos libres bajo la libertad y el respeto. Entonces lo que hoy te puedo decir es que hice un comentario dañino del que estoy arrepentida. Me siento avergonzada de lo que dije porque fue terrible.
— ¿Qué consejo les darías a quienes deseen vivir una experiencia tan extrema?
— Pensarlo mucho, porque en estos realities necesitás, primero, preparación física y metal; segundo, dejar necesidades básicas como la comida y la comodidad. La clave es enamorarse de la naturaleza.