Señales de distensión: la CGT aceptará ir a la próxima reunión del diálogo social que convocará el Gobierno
Luego de haber acompañado la marcha de los piqueteros por San Cayetano, la CGT se prepara para inaugurar otras vías de negociación con el Gobierno. Por un lado, está dispuesta a sumarse a una mesa de diálogo sobre formación laboral y empleo que convocará el secretario de Trabajo, Julio Cordero, para la semana que viene. Por otro, avanzan las tratativas para que una comitiva cegetista sea recibida en breve por el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, o la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, con la idea de explorar un acuerdo político sobre temas socioeconómicos.
De todas formas, los indicios del mejor clima entre el Gobierno y la CGT se concentraron en el sector educativo: en medio de fuertes reclamos salariales, el secretario de Educación, Carlos Torrendell, se reunió este martes con el titular de la Unión Docentes Argentinos (UDA), Sergio Romero, y los miembros de su consejo directivo y, según se informó, “debatieron profundos temas educativos vinculados, entre otros, a alfabetización, formación y capacitación en servicio y problemáticas de las distintas jurisdicciones del país”. Según el gremio, “los dirigentes presentes, provenientes de todas las provincias, reflejaron la realidad territorial, salarial y de infraestructura escolar”.
¿Se terminó la etapa de beligerancia sindical contra Javier Milei? Por ahora, se insinúa la disposición de la mayoría de la CGT a pactar una tregua para intentar soluciones concretas a sus reclamos. Por eso dirigentes de la fracción dialoguista como Gerardo Martínez (UOCRA) y Héctor Daer (Sanidad), que confirmaron la presencia de sus abogados y luego desistieron de enviarlos al primer encuentro del diálogo social convocado por Cordero para consensuar la reglamentación de la reforma laboral, ahora se muestran dispuestos a enviar a sus asesores legales a una próxima reunión sobre el tema.
Cordero y Martínez son dos de los defensores de institucionalizar el diálogo entre el Gobierno, los empresarios y los sindicalistas y siguieron negociando para evitar que se formalice una ruptura que acelere los plazos del tercer paro general contra Milei desde el 10 de diciembre pasado. Sin embargo, el ala dura de la CGT, integrada por Pablo Moyano (Camioneros) y el kirchnerismo, quiere tomar distancia de toda negociación con el oficialismo para profundizar su postura opositora.
Para el Gobierno, la CGT está atrapada por la dinámica intransigente del hijo mayor de Hugo Moyano y por eso la semana pasada decidió no ir al diálogo social impulsado por Cordero. Una de las más molestas por la actitud sindical fue la ministra Pettovello: tras la primera reunión del diálogo social, al que no concurrieron los sindicalistas y sólo fue uno de los 3 abogados de sindicatos de la fracción moderada de la CGT (Alberto Tomassone, de Comercio), en las redes sociales de esa cartera se publicó un mensaje desafiante: “La mesa de Diálogo Social está abierta. Invitamos a todos los sectores del mundo del trabajo, pero se ve que la CGT le tiene miedo a Moyano”.
Esa publicación de Capital Humano causó indignación en la CGT, que ya había considerado una provocación de Pettovello que haya llevado a la reunión del diálogo social a un viejo enemigo del poder sindical como el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger. Los dirigentes no le perdonan al economista que proviene del PRO haber sido quien introdujo en el DNU 70 la limitación a las cuotas solidarias, el recurso para el financiamiento de los gremios a través de los descuentos compulsivos de una suma pactada en los convenios colectivos de trabajo. Y también rechazan al flamante ministro del gabinete de Milei porque estaría trabajando en un proyecto de democratización sindical para transparentar las elecciones en los sindicatos.
Ahora, de todas formas, las negociaciones reservadas entre los dos sectores estarían rindiendo sus frutos y por eso en la CGT admiten que si Cordero los convoca enviarían representantes a una mesa de diálogo sobre formación laboral y empleo, encabezados por el secretario de Capacitación y Formación cegetista, Argentino Geneiro (gastronómicos), enrolado en el barrionuevismo. La expectativa de Cordero es ofrecer un ámbito técnico para que el Gobierno, los empresarios y los sindicalistas hagan sus aportes, discutan y traten de consensuar propuestas sobre esos temas, pero lo imagina como la herramienta que podría ayudar a recomponer la relación con la dirigencia de la CGT.
En la CGT empieza a predominar la decisión de reabrir las puertas de una negociación amplia con el Gobierno, sobre todo porque el sector dialoguista no quiere quedar atrapado por la dinámica intransigente de Pablo Moyano y dirigentes kirchneristas como Mario Manrique (SMATA), que procuran acelerar los tiempos para concretar un paro de 36 horas con movilización callejera.
Los moderados de la CGT, además, quieren armar una agenda de encuentros con distintas fuerzas políticas para unificar criterios y frenar proyectos de ley que les preocupan: el diputado de la UCR Martín Tetaz, titular de la Comisión de Legislación Laboral de la Cámara Baja, anunció hace 24 horas la presentación de una iniciativa para “eliminar todos los descuentos forzosos que los sindicatos hacen sobre el salario, desde la cuota solidaria hasta los seguros, pasando por las capacitaciones”.
Por eso, los ideólogos del sector dialoguista buscarán reunirse con el senador nacional del radicalismo y jefe del Comité Nacional de la UCR, Martín Lousteau, con quien tienen una buena relación, pero también prevén encuentros con el peronismo y el bloque que preside Miguel Ángel Pichetto.
Mientras, la reunión de Torrendel con la dirigencia de UDA se convirtió en otro dato que consolida el clima distinto entre el Gobierno y el sindicalismo. Romero, secretario de Políticas Educativas de la CGT, rechazó hace dos semanas una oferta del Gobierno de un sueldo mínimo para los docentes de 420.000 pesos, “por debajo de la línea de pobreza, que es de 873.168 pesos”. Incluso amagó con acordar medidas de fuerza junto con los otros 3 gremios educativos de la CGT y denunciar la precarización salarial del sector ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Este martes, el secretario de Educación aceptó reunirse con Romero y la cúpula de UDA, y luego del encuentro hubo una sugestiva definición del sindicalista: “La única manera de sacar la educación adelante es con diálogo, predisposición a encontrar puntos de encuentro y mejores salarios para los docentes”. ¿Están cerca de un acuerdo salarial? Cerca de Romero no desmienten ni confirman, pero sí destacan que “la educación se merece un espacio de diálogo y charlando vamos a llegar a algo”.
Ajeno a estos gestos de sus colegas cegetistas, Pablo Moyano encabezó este martes la columna del Sindicato de Camioneros en la marcha de los piqueteros y confirmó que sigue sin compartir la jugada del sector dialoguista. Afirmó que la movilización por San Cayetano fue “la continuidad del plan de lucha” de la CGT y confirmó que “en los próximos días” la central obrera convocará al plenario de secretarios generales y las regionales de todo el país “para definir los pasos a seguir”.
Con respecto al diálogo con el Gobierno, insistió en diferenciarse de sus rivales internos que buscan negociar con los funcionarios: “Sabemos que sólo es para la foto y lo vamos a rechazar”, dijo.