El peronismo siente que toma aire del escándalo de Alberto Fernández y acumula triunfos en el Congreso
“Ya no somos la mancha venenosa”, dicen, con cierta ironía, en las filas peronistas. La afirmación están anclada en los últimos sucesos parlamentarios en los que Unión por la Patria (UP) logró plantear una estrategia en el Congreso para frenar las iniciativas del gobierno nacional.
En la última semana el peronismo se convirtió en una pieza clave del armado opositor para conformar la bicameral de Inteligencia en el Senado, que será presidida por Martín Lousteau; derrumbar en Diputados el decreto que autorizaba $100 mil millones de pesos de fondos reservados para la SIDE, lograr la media sanción del financiamiento de Universidades Nacionales y aprobar la nueva fórmula de movilidad jubilatoria en la Cámara alta.
En todas hubo una articulación de diferentes sectores de la oposición para votar unidos. El bloque de UP, al ser la primera minoría en ambas cámaras, resultó ser determinante para que la estrategia parlamentaria tenga un buen resultado en el momento definitorio. Aportó el volumen numérico fundamental para sostener la votación.
“Es un golpe duro para ellos, en un momento muy malo para nosotros”, aceptó uno de los diputados más influyentes del peronismo. El escándalo que generó las denuncias por violencia de género contra Alberto Fernández generó en la coalición opositora una sensación de incertidumbre sin final a la vista. No hay claridad sobre el impacto real que tendrá el caos político y judicial en el que quedó envuelto el ex presidente de la Nación.
Por eso algunos diputados toman la seguidilla de acuerdos – lo que implica un revés tras otro para el Gobierno – como una bocanada de aire después de tantas noticias malas. Un momento de celebración que rompió la portada mediática de la causa que involucra a Fernández.
Un diputado del interior del país festejó la seguidilla de golpes legislativos. “Se les acabó el relato de que un sector de la oposición no vota con el peronismo. Quedó viejo eso”, sostuvo. Se refiere a las acusaciones de los funcionarios libertarios -incluso Javier Milei- respecto a la decisión de la oposición dialoguista de votar en conjunto con el peronismo de las provincias y el kirchnerismo.
En La Libertad Avanza advierten con claridad que el juego en conjunto de la oposición le va a traer más de un dolor de cabeza en el Congreso. En el medio del caos que atraviesan puertas adentro de la fuerza política, ven que tendrán muchas dificultades para construir consensos en las dos cámaras parlamentarias.
El argumento de pegar a la oposición moderada al kirchnerismo como parte de una estrategia que genere daño, ya no surte efecto. La rompieron las articulaciones subterráneas para votar en conjunto en distintas oportunidades en poco más de una semana y también el final de esas votaciones: todas positivas para los sectores opositores.
La semana pasada la Cámara de Diputados dio media sanción y giró al Senado la Ley de Financiamiento de Universidades Nacionales, uno de los temas sensibles que enfrentó al Gobierno a una masiva movilización callejera que sirvió como freno a las políticas económicas de la gestión libertaria. El kirchnerismo, la izquierda y la UCR jugaron en conjunto y marcaron su sintonía fina para abarcar el tema.
El martes el radical Martín Lousteau se quedó con la presidencia de la Comisión Bicameral de Fiscalización de los Servicios de Inteligencia. Fue luego de lograr un acuerdo político con el kirchnerismo, que le dio los votos claves para llegar a la silla central.
Lo acompañaron Germán Martínez, Paula Penacca, Oscar Parrilli, Wado de Pedro, Leopoldo Moreau y Florencia López. Todos parte de la comisión bicameral. Salvo la senadora riojana, el resto son todos kirchneristas con llegada directa a Cristina Kirchner.
El oficialismo impulsaba a Edgardo Kueider, que forma parte del peronismo disidente y que en Unión por la Patria es acusado de traidor por romper el bloque el año pasado y por votar a favor de la Ley Bases. En esa puja de poder, el presidente de la UCR se hizo fuerte gracias a los votos del kirchnerismo.
El miércoles el peronismo formó parte de un acuerdo parlamentario que incluyó a la izquierda, la Coalición Cívica, Hacemos Coalición Federal (principal impulsor de la negociación cruzada), la UCR, un sector de los los libertarios disidentes y una parte del PRO. Un conglomerado de voluntades que volteó el decreto del Gobierno sobre la financiación de los servicios de inteligencia.
Ayer, finalmente, en una convergencia de votos de Unión por la Patria, el radicalismo y el PRO, la Cámara Alta aprobó la ley de movilidad jubilatoria. “Es una irresponsabilidad fiscal”, indicaron en la Casa Rosada, donde ya avisaron que el presidente Milei vetará el proyecto que fue aprobado ayer por dos tercios del Senado. Ese veto elevará la confrontación entre el oficialismo y la oposición.
“Hay que ver como se comporta ese ecosistema de acá en adelante”, reflexionaron en el kirchnerismo sobre lo hecho en los últimos siete dias. Es la gran duda. Las señales de buena voluntad entre los opositores son un hecho. Y, al mismo tiempo, son malas noticias para el Gobierno.