Música/Espectáculo

Joss Stone, entre la música y la crianza de sus hijos: “No dormir nunca, eso es ser madre”

Joss Stone está de gira por Estados Unidos pero se hace unos minutos para conversar fluido con Teleshow en la previa a su sexta visita a Buenos Aires. La cantante inglesa que le viene dando un F5 al soul desde comienzos de este siglo se presentará el próximo martes 17 de septiembre en el Movistar Arena. Pero ahora, en el momento en que transcurre esta charla, está en la ciudad de San Francisco. “Acabo de dar un show aquí, el mismo que les llevaremos a ustedes. Y anoche tocamos ‘Loving You’, mi nueva canción, por primera vez. Eso es genial, porque la estamos probando antes de llegar a Buenos Aires para asegurarnos de que suene perfecto para ustedes”, promete Joss, quien después movió hacia Santa Fe (Nuevo México), luego a Houston y ayer sábado recaló con su agridulce música en Dallas.

Su irrupción fue con el disco The Soul Sessions (2002), aquel que incluía una particular relectura del afiebrado hit “Fell in Love With a Girl” (The White Stripes) en el que reemplazó el “girl” del título por un “boy” que se ajustaba más a sus gustos sexuales. De inmediato amplió su racha con un éxito, aunque en este caso de su propia pluma: el más ATP “You Had Me” de su álbum Mind Body & Soul (2004). Stone, que empezó en esto siendo menor de edad, creció entre aeropuertos, hoteles y escenarios. Casi siempre descalza, con ropa hippie y una voz negra que colorea su rubia palidez. “Sé que suena muy aburrido, pero no visito los lugares ni las ciudades a las que voy a tocar. Sólo hago mi show. Soy muy aburrida en ese sentido”, remarca sobre su vida en estado de gira casi permanente.

“La banda sí se lo pasa genial. Siempre están yendo a restaurantes, a conciertos, viendo sitios, haciendo de todo. Pero yo tengo una especie de pequeño mantra: vivo para el concierto. Así que duermo todo lo que puedo para curar mi voz porque realmente canto con todo, pongo toda mi voz. Y al día siguiente tengo que curarme, mi voz descansa. Así que no me voy de fiesta, nada de eso, lo cual es triste porque me pierdo de todo eso. Pero no son unas vacaciones, yo voy a cantar. Me enfoco en eso, es todo lo que hago”, amplía.

—Sos madre de dos chicos, Violet y Shackleton. ¿Viajás con ellos, los llevás de gira?

—Ahora no los tengo conmigo, así que puedo dormir un poco más. Antes sí los llevaba a todas partes: cuando eran más chicos venían en el micro de gira, pero no podía dormir porque… ¿Cómo podés dormir con tu bebé ahí? Siempre estoy con un oído abierto. Creo que así es ser madre, en realidad. Nunca dormís. Ahora es la segunda vez que salgo sin ellos y me gusta. Pero siento que el tour tiene que durar dos semanas, no más que eso. Más, sería demasiado. Así que ajusté mi mundo para poder mantener a mis hijos y también ser una madre para ellos. No quiero solo ser proveedora, sino estar ahí con mis bebés. Lo que sí, me traigo a mi perra. Ahora la tengo a Maggie conmigo de gira.

—Este año editaste el álbum 20 Years of Soul Live in Concert. ¿Qué recordás de la Joss que empezó este camino con 16 años?

—Me acuerdo de estar muy nerviosa todo el tiempo. Estaba practicando, aprendiendo a ser lo que soy hoy. Y era un trabajo de mucho estrés. Estaba cantando frente a miles de personas y yo era una niña, no sabía cómo hacerlo. Así que siempre estaba asombrada por lo que sucedía. Siempre pensaba: “Guau, ¿cómo llegué hasta aquí?”. Y ahora pienso: “Ok, este es mi trabajo. Está un poquito más tranquilo”. Entonces puedo hacerlo mejor ahora, porque no estoy asustada. Pero fue genial celebrar los 20 años y sacar ese álbum en vivo porque pude mirar para atrás, realmente, toda mi música a lo largo de los años y celebrarlo con las personas que lo hicieron posible, que son los fans. No podría haberlo hecho sin ellos.

—Y por lo que decís, siempre estuviste muy enfocada en el trabajo.

—Cuando estoy en esto, estoy en esto, sí. Porque es mi vida. No es mi trabajo. ¡Es mi vida! Y paga las cuentas, hace que pueda darles una buena vida a mis hijos. Así que tengo que asegurarme de respetarlo como trabajo. Es lo que soy y no puedo perderlo. Tengo que seguir haciendo música. De lo contrario, estaría triste.

—Recién decías que ahora te sentís más cómoda y no asustada como en tus comienzos, pero hace unos días en otra entrevista dijiste que arriba del escenario te sentís “aterrada”. ¿Por qué?

—(Se ríe) ¿Alguna ves estuviste en un escenario en frente de miles de personas?

—No, nunca.

—Entonces, si te pidiera que te subas al escenario, frente a miles y miles, ¿creerías que estarías un poco asustado o te sentirías bien?

—Bueno, ¡pero vos estás hace más de veinte años en esto!

—¡Pero yo soy como vos y como cualquier otra persona! (se ríe). A pesar de que tengo todos esos años encima, todavía me da miedo. No sé por qué. Si te dijera: “Acá está el micrófono, acercate y todo lo que tenés que decir es: ‘Hola’”, te garantizo que algo en tu cuerpo te va a decir: “Dios, maldita sea”. Hay algo en el hecho de que todos te miren que se vuelve muy desconcertante, muy fucking estresante de hacer. No sé por qué es así. Es como luchar o huir. Pero sé que puedo hacerlo y puedo hacerlo bien. Y puedo darle a la gente una buena sensación si pudiera ser lo suficientemente valiente como para salir y cantar en ese micrófono. Como si los beneficios de eso superaran el riesgo, ¿no? Y el riesgo es que lo único que temo es sentirme avergonzada. No es gran cosa, no me voy a morir. No es que no tenga miedo de eso, pero tengo miedo de caerme o cantar algo mal o decir algo incorrecto… Ese tipo de estupideces. De todo lo que se trata esto es al miedo a la vergüenza. Que en realidad no es nada. Así que tengo que analizarlo y darme cuenta de que no es nada.

—Tu gira actual se llama Ellipsis. ¿Por qué lo bautizaste así y qué significado le das a la palabra aplicada a este momento de tu recorrido?

—Yo no sabía qué sugnificaba esa palabra (NdR: omisión intencionada de un elemento de un relato para causar un efecto en el lector/oyente). Mi amigo Chris Sennett, que es quien mezcló el álbum 20 Years of Soul…, viene trabajando conmigo desde hace 13 o 14 años, y dijo: “Bueno, el año pasado cumplimos 20 años…”. Y toda la banda estaba tipo: “¿Podemos continuar con la celebración de los 20 años? Porque está fucking bueno”. Todos se estaban divirtiendo mucho, fue el mejor espectáculo de los que venimos haciendo. Fue tan mágico que querían seguirla. Y yo dije: “No, eso es ridículo, ya estamos en los 21 años, no podemos hacer eso, no lo podemos seguir, no tiene ningún sentido. ¿No podemos simplemente continuar como la alegría?”. Y entonces Chris dijo: “Está bien, lo llamaremos el Ellipsis Tour, algo así como ‘continuará'”. Y yo le pregunté: “¿Qué es eso?”. “Ya sabés, algo así como unos puntos suspensivos”, me explicó. Le dije: “Ok, está bien, es una buena idea”.

—Tu nueva canción “Loving You” está inspirada en el comienzo de tu relación con Cody DaLuz. ¿Cómo fue escribir sobre algo tan personal e íntimo?

—Creo que siempre escribo sobre cosas personales e íntimas, estoy acostumbrada a eso. Sólo sé escribir sobre cosas que conozco. ¿De qué otra cosa voy a escribir? Cuando la hice, estaba recién empezando la relación con él. Lo gracioso del caso es que él no es un búho nocturno. Siempre se va a dormir temprano, es madrugador. Y yo realmente puedo quedarme despierta hablando contigo y ni siquiera necesito alcohol. Me puedo quedar hablando hasta las 4 de la mañana si la conversación es buena. Y en el tema digo: (canta) “It’s not bright yet, baby / There’s still time left maybe / For you to hold me closely…”. Básicamente le estoy diciendo: “El sol todavía no salió, podemos pasar el rato como si no hubiera salido”. Estoy tratando de convencerlo de que la noche todavía no terminó. Y él está tipo: “¿De qué estás hablando? Es la 1 de la mañana”. Así que es sobre ese momento, de que se quede conmigo. Esto pasó antes de que tuviéramos hijos. Pero de hecho, cuando escribí esta canción fue probablemente un mes antes de quedar embarazada. Estábamos tan enamorados y fue tan mágico, porque fue el principio de todo. Conocí a Cody en un diciembre y fuimos amigos por mail hasta julio del año siguiente. Después nos vimos, tuvimos una cita y él se fue a trabajar. Nos pusimos en pareja en octubre y después quedé embarazada, cuatro meses más tarde. Es una locura, ¿no? Estábamos tipo: “Bueno, vamos a tener hijos, ¿ok?”.

—Todo muy natural.

—¡Claro! Fue como: “¿Vas estar conmigo 10 años? No, vamos a tener bebés” (se ríe).

—Hablando de eso, cuando llegan los hijos, la pareja suele quedar en un segundo o incluso en un tercer plano. ¿Cómo hicieron con Cody para darle una nueva vida a su vínculo?

—Oh, gosh, es tan difícil, ¿no? Cuando llega el bebé, obviamente todo gira en torno a él, como decís. Y sí, la pareja pasa a un segundo plano, sin dudas. Pero Cody es muy bueno recordándomelo. Él dice: “¿Por qué siempre tenemos que hablar de bebés?”. Y yo le digo: “¡Porque me encantan los bebés y estoy obsesionada!”. Y él: “Sí, ok, pero, ¿qué pasa con la película que viste la otra noche?”. Así que me recuerda que debo tener charlas normales con él. Y sé que es importante tener noches de cita y esas cosas. Pero lo gracioso es que cuando tenés hijos pequeños, estás demasiado cansada. Así que es como: “Ok, podríamos tener una cita por la noche, ¿querés?”. “No, estoy demasiado cansada” (se ríe). Es un momento divertido en una relación. El otro día contratamos a una niñera, cosa que casi nunca hacemos. Vino por cuatro horas y nos fuimos a jugar al golf. A él le encanta, a mí me da igual. Pero fuimos a jugar a uno de esos lugares donde solo le pegás a la pelota, no es que estás caminando por el campo de golf. Sino que es pegarle a la pelota y tomar un trago, pegarle y tomar un trago… Y fue muy divertido, estábamos solos los dos y después nos preguntamos si debíamos volver a casa. Y dijimos que sí, que no queríamos estar afuera por mucho tiempo. Ya estábamos cansados. Por suerte a los dos nos encantan nuestros bebés. Estamos en la misma página, digamos. Pero sí, es duro.

—Bueno, eso es lo más importante, estar en línea cuando se trata de la mapaternidad.

—Es lo más importante, estar alineados en eso. Cody y yo podríamos ganar una medalla olímpica por discutir. Somos jodidamente buenos en eso. Los dos somos muy apasionados. Yo soy Aries, él es Tauro. Si nos peleamos, entramos en esa con todo. Pero también nos reconciliamos muy rápido. Y estamos alineados cuando se trata de nuestros hijos. Compartimos como una brújula moral, digamos. Y cuando se trata de qué hacer con los niños, qué vacunas darles, si deben ir a la escuela o no, si deben hacer esto o aquello, estamos muy unidos en eso. Y creo que para mí eso lo es todo. Porque si no estuviéramos de acuerdo con eso, sería un desastre, en cualquier relación. Si no podés estar de acuerdo en lo que es bueno para tu hijo, la relación tiene un gran problema. Y yo me siento bendecida todos los días en que somos iguales en eso. Gracias a Dios. Porque yo, como te dije antes, no lo conocía. Tuve un bebé con un hombre que conocía hace nada. Pero gracias a Dios, él es tan hermoso, tiene un corazón hermoso. Soy una afortunada.

—Cuando saliste con tu primer álbum, el rock estaba en un momento de auge y de hecho versionaste a los The White Stripes. ¿Hay algo de la música que hoy está de moda que te atraiga lo suficiente como para hacer un cover?

—¿A qué tipo de música actual te referís? No sé si realmente conozco alguna…

—Reggaetón, trap, soundcloud rap. También la música en español, que actualmente parece dominar el gusto del pop global.

—Sí, es cierto, todo eso está de moda. Me encanta el hip-hop de la vieja escuela: Nas, Lauryn Hill, Common, ese tipo de cosas. Pero para el nuevo hip hop creo que estoy un poco… Estoy un poco confundida, porque soy vieja… ¡Bueno, no soy vieja! ¡Tengo 37! Pero soy de una época diferente. Entonces creo que las cosas nuevas como el mumble rap y todo eso, no son realmente para mí. Creo que es para los chicos más jóvenes y me encanta que haya algo para todos. Es maravilloso, incluso si se trata de cosas más underground. Si podés tocar y cantar para la gente a la que le gusta tu música, estás triunfando. No importa que no sea lo más popular del mundo. Si mi música ahora mismo fuera la más popular del mundo, probablemente estaría cubierta de autotune y tal vez no me gustaría. Así que no necesito ser la más escuchada. Para mí, sólo tiene que ser algo que me haga sonreír, que haga sonreír a todo el mundo, que emocione y que sea algo de lo que me sienta orgullosa, básicamente. Eso es lo importante. Y también hay una discusión importante que tenemos que tener con todo el mundo, especialmente con los jóvenes: tenemos que decidir por qué estamos haciendo lo que estamos haciendo. Y eso debería aplicarse a todo, no sólo a la música. Podés ser cualquier cosa: cocinar, pintar, ser un contador, un escritor… Sea cual sea el trabajo que elijas, tenés que decidir por qué. ¿Por qué estoy en esto? ¿Qué es lo que te hace feliz? ¿Qué alegra a los demás? En mi caso, quiero que la gente sienta lo que yo sentí cuando era joven y escuchaba a Aretha Franklin. Me movilizaba, me sentía inspirada, me excitaba… Sentía: “Guau, esto es tan real”. Y fue esa sensación la que hizo que lo disfrutara, lo que me ayudó a mantenerme a pie en esto, a seguir adelante en los momentos más difíciles.

—¿Dónde creés que hay que poner el foco para sentirse convencido de lo que uno está haciendo?

—Creo que todos necesitamos no avergonzarnos de lo que queremos y hacemos. Así que si alguien tiene como objetivo ganar millones de dólares, está bien. Tendrán que elegir entre lo que es popular para hacer esa música, porque les importa una mierda si eso les hace sentir bien musicalmente, porque ese no es su objetivo. Y está bien. O a lo mejor sí les importa y resulta que ganar millones de dólares es estupendo. Todo el mundo tiene una meta diferente y nunca debemos arruinar el placer de los demás.

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