Pampita Ardohain mostró una foto de su infancia en una actividad que comparte con su hija Ana: el increíble parecido
Tal como dice el dicho “de tal palo, tal astilla”, el parecido entre Carolina Pampita Ardohain y su hija Ana es llamativo. Pero no solo desde un aspecto físico, sino también pasional. Así lo volvió a demostrar la modelo cuando compartió una tierna foto en sus redes que destacaba la sorprendente similitud entre ella y la pequeña. La reconocida conductora publicó una imagen en la que ambas aparecen vestidas de bailarina, evidenciando una conexión que trasciende la pasión por la danza.
La foto muestra a Ana Moritán, fruto de la relación de Pampita con el empresario Roberto García Moritán, con un atuendo casi idéntico al que Pampita usaba a su edad. La expresión facial y el porte que ambas comparten en la imagen revelan no solo rasgos físicos similares, sino también una postura y gestos que resaltan la conexión madre-hija.
A través de sus historias de Instagram, Pampita mostró junto a la foto de Ana una imagen de su propia infancia. La comparación entre las dos fue recibida con numerosos mensajes de cariño por parte de sus seguidores. Es que, al igual que su madre en su juventud, Ana García Moritán muestra talento para el baile. En su infancia, la reconocida modelo estudió ballet clásico por 9 años, y ahora su pequeña siguió sus pasos al comenzar la misma disciplina a finales de marzo de este año.
Con tres años, la niña debutó en el mini ballet y, según las imágenes que la modelo compartió en sus redes sociales, se la vio disfrutando junto a sus compañeras.
“Ana en su clase de mini ballet”, escribió la exjurado del Bailando en su Instagram, red social en la que tiene casi ocho millones de seguidores, al compartir un video con un resumen de ese día. Mientras que la cuenta oficial de la escuela de baile a la que asiste la pequeña también publicó imágenes de Anita dando sus primeros pasos, sus padres retrataron el momento con distintas fotos y videos.
Los pasos de Pampita en la danza
La relación de Pampita con la danza no es nueva. En anteriores oportunidades, la modelo recordó a través de sus redes cómo ella también comenzó sus prácticas artísticas con el baile, antes de adentrarse en el modelaje, que se convertiría en su principal herramienta de trabajo. Estas primeras lecciones representaron para ella un punto de partida importante en su vida profesional.
Sus padres la inscribieron inicialmente en clases de piano, pero la dificultad para mantener su interés y concentración ante el instrumento los llevó a proponerle la danza, según relató en una entrevista con Ángel de Brito. Desde entonces, el ballet se convirtió en su gran pasión y su objetivo era llegar a ser bailarina en el Teatro Colón.
A los 16 años, Pampita dejó La Pampa y se mudó a la Ciudad de Buenos Aires para perseguir su sueño. Aunque ya había tomado algunos cursos de belleza locales, su verdadera ambición era integrarse en el prestigioso teatro porteño. En Buenos Aires, alquiló un monoambiente con una amiga y buscó trabajos temporales para mantenerse económicamente. Entre sus empleos temporales, trabajó en un bowling, fue promotora y atendió comercios de indumentaria.
Un día mientras trabajaba en una tienda, fue descubierta por Pancho Dotto, quien la invitó a participar en una campaña fotográfica, abriéndole así las puertas del mundo del modelaje. Su carrera tomó un nuevo rumbo y el sueño de bailar en el Teatro Colón quedó en el pasado para enfocarse en el modelaje que le ofrecía nuevas oportunidades y retos. Aun así, Pampita jamás se alejó completamente de la danza. Participó en programas televisivos como Bailando por un Sueño, y más tarde, incluso fue jurado del mismo, mostrando siempre sus habilidades y amor por la danza.