Roberto Baradel tomó distancia de la carta de Cristina Kirchner: “Le falta profundizar”
El secretario general de Suteba, Roberto Baradel, abordó la última carta de Cristina Kirchner y se expresó con cierta distancia de su postura en los temas tratados. En el documento, la ex presidenta aprovechó para hacer un dura crítica sobre el peronismo y el Frente de Todos, pero también hacia la CGT y los sindicatos por su falta de representación en la mayoría de los trabajadores del país. Para el dirigente sindical, “no hay dudas” que las relaciones laborales cambiaron en las últimas décadas, pero consideró que a CFK “le falta profundizar en eso”.
“Hay que poner en contexto toda la carta. La falta profundizar en eso. Las relaciones laborales se han modificado, no hay dudas, parte de la derrota del año pasado y que haya ganado Milei tiene que ver con que muchos tenían trabajo pero estaban precarizados y sin derechos”, señaló el sindicalista docente sobre esa discusión.
En su carta intitulada “Es la economía bimonetaria, estúpido”, Cristina Kirchner se metió de lleno en cuestionar el rol del movimiento sindical en los últimos años, al señalar quedó rezagado frente a los cambios en el mundo del trabajo, donde solo el 40% de los empleados asalariados registrados permanecen sindicalizados. De manera tácita, les atribuyó al movimiento obrero organizado su oposición a llevar a cabo reformas laborales.
Al referirse a dicha mención en las transformaciones laborales, Baradel pidió “hacer un análisis profundo de la reconfiguración del mundo del trabajo” y recordó que existen temas ríspidos de actualidad, como el debate de la regulación de la economía de plataformas en la que prestan tareas los repartidores de Rappi o conductores de Uber y Cabify. “La OIT está discutiendo un convenio para ellos. Es muy difícil poder encuadrarlos porque hay cuestiones que ellos mismos prefieren mantener, como la flexibilidad de los horarios”, reconoció el gremialista, en declaraciones a radio Con Vos.
Por otro lado, Baradel coincidió con CFK la necesidad de una “transformación educativa”, y dijo que “defender la escuela pública es una condición necesaria, pero no suficiente para brindar una educación pública de calidad para todos y todas”. “Lamentablemente, la carta no menciona la Ley de Financiamiento de Néstor Kirchner o la Ley Nacional de Educación, que posibilitó que la educación secundaria sea obligatoria”, cuestionó el gremialista.
“Eso mejoró las condiciones, por supuesto que no alcanza. Hay que seguir haciendo cosas como en la provincia de Buenos Aires, que modificó el régimen académico de la escuela secundaria para que los chicos puedan aprender”, señaló el titular de Suteba, quien apoyo a Axel Kicillof en la interna de Unión por la Patria (UP).
En su análisis sobre las medidas de fuerza en las escuelas, mientras se discute en el Congreso un proyecto para declarar la esencialidad de la educación, Baradel argumentó que las huelgas no es una “herramienta política” para desgastar sectores de gobierno que no son afines, sino una respuesta a reclamos.
“En el primer año del gobierno de María Eugenia Vidal no empezamos con medidas de fuerza”, aclaró el titular de Suteba. Recordó que estuvieron ese tiempo “movilizándonos” por aumento salarial y más presupuesto en la infraestructura escolar antes de llegar a utilizar la huelga, pero “no nos escucharon y nos demonizaron”. “Terminó con la explosión de la Escuela N° 49 y la muerte de (los docentes) Sandra (Calamano) y Rubén (Rodríguez). Ese no fue el único caso, tuvimos otros donde se cayeron los techos del cielorraso donde se lastimaron los chicos, o en los que se cayeron a pozos. Un montón de cosas pasaron”, se justificó el referente de los docentes bonaerenses.
“Hay que evaluar es si el paro es una consecuencia (de una falta de respuestas). Nosotros podemos reflexionar sobre las medidas de fuerza y cuándo llevarlas a cabo, pero son consecuencia de determinadas cuestiones de las políticas que dejan sin herramientas a la escuela pública”, puntualizó.
En ese marco, comparó lo que ocurrió con el gobierno de Cambiemos con la situación actual: “El recorte del gobierno de (Javier) Milei en la provincia de Buenos Aires es brutal. Asumió Kicillof y los mismos que nos criticaban los paros, ahora quieren que los hagamos. Aún en un ahogo financiero, nos convocan a paritarias y se ha hecho inversión en infraestructura escolar”.
El malestar en la CGT con los comentarios de CFK
Los diferencias de Roberto Baradel -un referente histórico de la CTA alineada con el kirchnerismo- fueron de bajo perfil y sin patear la mesa. Otros dirigentes sindicales del movimiento obrero, en contraste, tomaron una postura mucho más dura con la reflexión de Cristina Kirchner.
Es el caso de Pablo Moyano, co-secretario general de la CGT. En un comentario sorpresivo, el referente camionero, a pesar de ser uno de los dirigentes del movimiento obrero más afines al kirchnerismo, dejó visible su malestar por los reproches y la metodología asumida, y le reclamó a CFK que también asuma su propia autocrítica.
“Las cartas de la expresidenta no suman para nada, no suman. Llamen a una reunión del PJ y matémonos ahí adentro, no públicamente. La crítica a la CGT no la entiendo, que se hagan cargo ellos, que pusieron por dedo a los diputados y diputadas en las provincias y después nos terminaron traicionando”, cuestionó Moyano.
“Volvemos a las peleas anteriores que llevó a este cachivache de presidente. Cuando habla de la CGT, o que dé nombre o yo no me voy a hacer cargo, nosotros fuimos a tribunales, se judicializó la reforma laboral, las marchas, los paros. Viejo, que cada cual se haga cargo, los que traicionaron y salió la Ley Bases fueron los diputados y diputadas del peronismo, de Tucumán, de Catamarca, de Salta”, insistió el camionero.
Con un tenor similar, el titular de los estatales de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN), Andrés Rodríguez, se despegó de las críticas que hizo Cristina Kirchner por la falta de actualización de la representación sindical y la instó a “revisar mejor los números”.
“En la población económicamente activa, que podemos catalogarla aproximadamente en unos 18 millones de ciudadanos, el trabajo formalizado está reducido a la mitad. Esto no es producto del movimiento obrero que haya querido que haya informalidad, es producto de la falta de políticas del Gobierno desde hace mucho tiempo”, respondió Rodríguez.