El Gobierno evitó escalar públicamente el conflicto con el papa Francisco, pero hay malestar con las críticas por el gas pimienta
El Gobierno transmitió públicamente un mensaje tolerante y conciliatorio con el papa Francisco, pero dejó trascender su malestar con las declaraciones muy críticas contra el Gobierno que hizo desde Roma, en un encuentro que mantuvo con el dirigente Juan Grabois. La posición oficial estuvo a cargo del vocero Manuel Adorni, quien afirmó que en el Ejecutivo escuchan y reflexionan ante las manifestaciones vertidas por el sumo pontífice, aunque no tienen por qué “compartir la visión que tiene sobre algunas cuestiones”.
Esas expresiones contrastaron con las reacciones que se recogieron, fuera de micrófono, en el oficialismo. Si bien ratificaron que la intención es no confrontar con la cabeza de la Iglesia Católica universal, no ocultaron la disconformidad con sus dichos, al punto que recordaron que en la reunión reciente que el Papa mantuvo con la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, tuvo elogios a la política social que estaba aplicando para hacerle llegar ayuda a los más necesitados.
“Me hicieron ver un filmado de una represión de hace una semana, menos quizás. Obreros, gente que pedía por sus derechos en la calle y la Policía la rechazaba con una cosa que es lo más caro que hay, ese gas pimienta de primera calidad. No tenían derecho a reclamar lo suyo porque eran revoltosos, comunistas… y el Gobierno se puso firme: en vez de pagar justicia social, pagó el gas pimienta”, dijo Francisco esta mañana en El Vaticano.
“No vamos a salir a confrontar”, se escuchó en un pasillo de la Rosada de boca de un funcionario con contacto diario con el Presidente. “Pero la verdad que no nos cayó bien, pareciera que dice algo en público y otra cosa en privado”, agregó la misma fuente. Luego recordó que la visita de Pettovello surgió por el interés que expresó el Sumo Pontífice en conocerla. Allí, según el Gobierno, el Papa resaltó la atención que se le dispensaba a los sectores más vulnerables.
Tampoco hicieron comentarios sobre la acusación sobre un supuesto caso de corrupción que mencionó Francisco en su exposición en El Vaticano junto a referentes de movimientos sociales de la Argentina, entre ellos Juan Grabois y el titular de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), Alejandro “Peluca” Gramajo, como representantes argentinos.
“Me contaba un emprendedor internacional, que estaba haciendo en Argentina unas inversiones de extensión de eso que ellos estaban llevando adelante, que trabajan muy bien y fue un acuerdo. Fue a presentar al ministro un nuevo plan de nuevas extensiones, el ministro lo atendió muy bien y dijo ‘dejemeló, ya lo van a llamar…’”, continuó. “Al día siguiente, el secretario del ministro lo llamó, le dijo si puede pasar ‘en dos días, así le entregamos el permiso’. Pasó, le entregó los papeles y la firma… y cuando él (el emprendedor) se estaba por levantar, le dijo: ¿y para nosotros, cuánto?… ¿Y para nosotros, cuánto? La coima. El diablo entra por el bolsillo, no se olviden”, dijo el Papa, aunque no especificó cuándo ocurrió ese hecho, si durante la actual gestión de Milei o en la anterior con Alberto Fernández aún en el poder.
Esta semana, antes de recibir a la ministra de Capital Humano, hubo también un encuentro del Papa con la cúpula de la Confederación General del Trabajo (CGT). “Valoramos siempre que escuche a los diferentes sectores”, deslizaron en Balcarce 50. Sobre la ausencia de una foto de la funcionaria en el despacho papal afirman que existió pero que prefirieron no difundirla para “no sacar un rédito político”.
La orden que bajó desde Presidencia se respetó también en el resto de los funcionarios. Milei este mediodía recibió al Presidente del Parlamento del Estado de Israel, Amir Ohana, y al Embajador de ese país ante nuestro país, Eyal Sela, pero ni en redes sociales se pronunció sobre el tema. Ni siquiera desde el Ministerio de Seguridad que conduce Patricia Bullrich, que fue uno de los ejes de las críticas más fuertes, salió alguna respuesta.
En el Gobierno sostienen que la etapa de los distanciamientos con la cúpula de la Iglesia Católica, como aquellas expresiones del primer mandatario sobre que Francisco “representa la presencia del Maligno en la Tierra”, quedaron en el olvido luego de la visita a El Vaticano en marzo y del encuentro al paso que tuvieron con Francisco en la cumbre del G7 a mediados de junio en Borgo Egnazia, Italia. Aunque Milei lo invitó a la Argentina, la visita por el momento parece lejos de concretarse. “Que venga o no, depende exclusivamente de él”, señalan. “No vamos a insistirle, él sabrá qué hacer”, dijo otro funcionario en Casa de Gobierno.
“Es la opinión del Papa Francisco, que nosotros escuchamos y reflexionamos. No tenemos por qué compartir la visión que tiene sobre algunas cuestiones. El respeto es total. No hay mucho más para decir”, se limitó a manifestar el vocero presidencial, Adorni.