El Puma Goity y su Cyrano de Bergerac presentaron una temporada histórica para el teatro de Mar del Plata
En la piel y en el traje de Cyrano de Bergerac, el Puma Goity se bate a duelo con Fernando Lúpiz, actor y maestro de esgrima en esta versión del clásico de Edmond Rostand. El cuadro tiene lugar en el hall del Teatro Tronador de Mar del Plata, ante un reducido grupo de periodistas y curiosos que siguen la coreografía. El sonido metálico de las espadas retumba en el ambiente y los actores sueltan líneas improvisadas, hasta que llega el desenlace inevitable.
“Desde octubre, París se muda a Mar del Plata”, dice Cyrano una vez que completa la faena y todo termina de cobrar sentido. El acting corona el lanzamiento oficial del Tronador para la temporada 2024-2025. En un hecho inédito para la Feliz: la obra con dirección de Willy Landin, que brilló en el Teatro San Martín de la Ciudad de Buenos Aires, inaugurará la cartelera el fin de semana largo del 10, 11 y 12 de octubre.
Todo había iniciado un rato antes, en un día “100% de Mar del Plata” como calificaron sus habitantes a un jueves que empezó fresco, descargó una fuerte lluvia en la primera tarde y continuó con un anochecer húmedo. En la puerta del Tronador empieza el movimiento. Los que saben de teatro en la ciudad dicen que estamos presenciando un hecho histórico. Nunca una temporada se inició tan temprano en el calendario. Hay un cambio de costumbre, y un turismo de escapadas que fracciona aquellos mandatos establecidos en torno a quincenas. Pero también es un mimo al público marplatense, siempre tan receptivo a las propuestas artísticas, que por unas semanas podrán disfrutarla con mayor tranquilidad.
A las 19.30 dan sala y lo que nos encontramos es con la escenografía de Cyrano de Bergerac apenas alterada por una pantalla gigante dispuesta para proyectar un video con las novedades. Luego de culminar su agenda en el San Martín, el 8 de septiembre con una función a beneficio de la Casa del Teatro, viajaron a Mar del Plata en dos camiones para recrearla en la sala de la calle Santiago del Estero. Las imágenes resumen algo de esas más de 130 funciones, 130 mil espectadores y una emoción que va más allá de los números. También anticipan los conciertos de Abel Pintos, que acudirá a su habitual cita veraniega con cuatro conciertos en enero y dos en febrero en fecha a confirmar.
Marcelo González, dueño del Tronador desde 2015 y socio del cantante en la productora Plan Divino, le cuenta a Teleshow que apostó por Cyrano porque es un clásico de toda la vida. Y elogia a su protagonista: “Es un gigante como actor y un gigante como persona. Y me parece que haciendo temporada en Mar del Plata va a motivar a que la gente vuelva a los teatros, a que se acerquen los chicos, a revalorizar lo que teníamos tan fuerte y nos daba orgullo”.
El empresario siente esta aventura como un punto de partida. “Yo construí este teatro a esta escala para que sucediera esto. Para traer al Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, tener alumnos que aprendan a actuar, a bailar o a tocar un instrumento, para hacer Cyrano con una apuesta de esta magnitud. Ojalá esto sea un puntapié para motivar y movilizar a muchos más”.
Todo ocurre bajo un trío de cuerdas que ameniza la velada con tangos y canciones clásicas. Alma y Tomás tocan el violín y Martín, el cello. Forman parte de La Vivaldi, una orquesta que actúa y trabaja en la ciudad y dan clases en el El Instituto Superior de Arte del Teatro Colón (ISATC), que abrió su sede en la ciudad costera en 2018. Es el único apéndice que tiene el máximo teatro nacional fuera de la ciudad de Buenos Aires, con sus profesores y sus programas, y el espíritu se extiende en la exposición de piezas originales de vestuario y escenografías de obras como Don Quijote, Carmen o Don Pasquale.
“Las espadas son de verdad. No tienen la punta muy finita para que no lastime, pero un par de cortes en la frente me llevé. Y está bárbaro”. Volvemos al principio de este relato y el que habla ahora es Lúpiz, compañero y profesor de Goity. Reconocido por sus dotes de esgrimista, el actor define a su colega como “el mejor alumno de esgrima escénica que tuve en mi carrera”. Destaca fundamentalmente el apego al trabajo, de cinco días a la semana durante ocho meses. Y que se cristaliza en casi tres horas que se pasan volando. “Todo lo que sucede en esta obra está angelado”, resume.
Detrás de cada gran puesta hay un ejército de trabajo silencioso sin el cual nada sería posible. Son los que no salen a escena y a quienes suelen reconocer los que ponen la cara al finalizar cada función. Y no es una frase hecha. Una de ellas es Patricia, encargada del maquillaje y del vestuario en una obra en la que ambos rubros cobran un papel fundamental. “Nosotros llegamos dos horas antes de la función para preparar todo y, una vez que empieza, estamos al costado del escenario para asistir los cambios de vestuario”, dice la maquilladora, que se siente a su manera parte del fenómeno.
“Es una emoción muy grande, porque estrenamos en octubre, empezamos a prepararlo desde mucho antes, y creamos una gran relación entre todos. Y ahora, nos espera Mar del Plata”, agrega entusiasmada. Sobre su caracterización principal, le lleva media hora y a pesar que para el afuera pueda imaginarse algo tedioso, ellos lo llevan bien. “Hacemos un muy buen equipo”, concluye.
Se termina la función y cada uno de los protagonistas vuelve a su lugar. A partir de ahora, solo resta contar los días. La temporada está en marcha y desde octubre hasta marzo por lo menos, Cyrano de Bergerac buscará conquistar a La Feliz con su historia de amor. Una gesta más en una obra que no sabe de imposibles y que nació con la química necesaria e inexplicable para ser leyenda.
Fotos: Piero Introcaso